Eneko Goia ha señalado que la inversión constituye el “programa de rehabilitación urbana más importante” que ha realizado el Ayuntamiento en la ciudad, destacando la mejora en la eficiencia energética y la colaboración entre instituciones como clave para beneficiar a la ciudadanía
El alcalde de Donostia-San Sebastián, Eneko Goia, y el consejero de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, Denis Itxaso, han visitado esta mañana el barrio de Altza para conocer de primera mano el desarrollo de las obras de regeneración integral que se están llevando a cabo en esta zona de la ciudad desde el segundo trimestre de 2024.
Se trata de una de las operaciones más grandes impulsadas por el Departamento de Vivienda y Agenda Urbana en términos económicos con una inversión total de 15,1 millones de euros, de los cuales 9,2 millones han sido aportados por el Gobierno Vasco a través de los fondos PIIE y 3,2 millones por el Ayuntamiento de Donostia, además de la participación de las y los vecinos con 2,6 millones de euros.
El alcalde de Donostia ha señalado que la inversión realizada constituye “el programa de rehabilitación urbana más importante que ha realizado el Ayuntamiento en la ciudad durante los últimos años, mejorando un aspecto esencial como es la eficiencia energética y la accesibilidad de dos centenares de viviendas donostiarras”.
Goia ha destacado además la colaboración entre instituciones como la muestra de que “cuando las administraciones nos entendemos, el beneficiario es la ciudadanía”. Ha agradecido además al vecindario de Altza “su implicación y paciencia en la ejecución de los proyectos, y ha expresado su confianza en poder implementar intervenciones similares en otras zonas de la ciudad siempre que los presupuestos lo permitan”. Las viviendas implicadas en el proceso de rehabilitación han mejorado sustancialmente su eficiencia energética, con una mejora de eficiencia promedio superior al 60%. A nivel de ahorro económico para las familias, se cuantifica en un 60% aprox., además de la mejora de confort y habitabilidad. Especialmente suponen una mejora muy sustancial de las condiciones de vida las mejoras de accesibilidad, especialmente para personas mayores. En este proyecto, todos los edificios han mejorado su accesibilidad.
Seis actuaciones para transformar el barrio
La primera línea de trabajo se ha centrado en la rehabilitación profunda de edificios residenciales, que ha alcanzado a un total de 202 viviendas, distribuidas en ocho comunidades de propietarios y una vivienda adosada, ubicadas en las zonas más vulnerables del barrio. Estas obras, que tienen prevista su finalización antes de final de año, suponen una transformación integral de los inmuebles, mejorando su accesibilidad, su eficiencia energética, su habitabilidad y la protección contra incendios. En lo que a la eficiencia energética se refiere, se está actuando sobre todos los elementos de la envolvente en una intervención integral que incorpora aislamiento sobre las fachadas, cubierta y soleros de los edificios. Las fachadas son ventiladas y están compuestas por una subestructura metálica que sirve de anclaje a las piezas de acabado de las mismas, una cámara de aire y aislamiento térmico, lo que permite mejorar notablemente las condiciones interiores de las viviendas tanto en relación a la temperatura como a la humedad.
Además, se han ejecutado intervenciones para reforzar la estabilidad y garantizar la accesibilidad de los edificios cumpliendo la normativa actual, un aspecto esencial en un barrio donde más del 85% de las viviendas fueron construidas antes de 1981. Para facilitar estas actuaciones, se han destinado 5,9 millones de euros en ayudas generales, junto a 531.000 euros adicionales repartidos en función de criterios sociales, lo que ha permitido atender a 52 solicitudes de familias con mayores necesidades.
En el conjunto de actuaciones previstas, varias se encuentran ya en una fase muy avanzada. En Txapiñene 1 y en Elizasu 6 la obra alcanza un grado de ejecución de alrededor del 95%, lo que las sitúa prácticamente concluidas. También destacan las actuaciones en Elizasu 19, Paseo de Altza 10, y Erroteta 6, con un 85% de obra ejecutada; las dos últimas incluyen la instalación de un nuevo ascensor al exterior de la alineación de fachada. En un estado intermedio se encuentra Erroteta Goikoa 2, que suma ya un 80% de ejecución y dispone igualmente de un ascensor exterior de nueva construcción. Y finalmente, Arriberri Grupo 2 con un nuevo ascensor exterior en construcción y Elizasu 8 con un 75% de avance de obra. Pese a ello, y teniendo en cuenta que no todas las obras arrancaron al mismo tiempo ya que cada comunidad de propietarios contrata la suya de forma independiente, el plazo máximo fijado para la ejecución de las mismas es el 31 de diciembre de 2025.
En paralelo, Gobierno Vasco y Ayuntamiento han puesto en marcha una Oficina Técnica y de Gestión de Proximidad (Opengela), situada en Erroteta Goikoa 21. Este espacio, siguiendo el modelo del programa Opengela, permite que las y los vecinos cuenten con un acompañamiento cercano y profesional durante todo el proceso de rehabilitación, convirtiéndose en un punto de referencia para la tramitación, la información y la resolución de dudas.
La tercera actuación se ha dirigido a la reurbanización y mejora del entorno urbano, con el objetivo de recuperar espacios degradados y facilitar la accesibilidad a equipamientos básicos. Se han llevado a cabo tareas de renaturalización y recuperación de regatas en Auditz Akular, y está prevista la recuperación de suelos contaminados por amianto en la Vaguada de Larres, lo que supone una mejora ambiental de gran calado. Igualmente, se ha avanzado en la renaturalización de la plaza Ederrena y los accesos al frontón de Herrera, creando espacios más amables y verdes para el uso vecinal. En el ámbito de la accesibilidad, se van a acometer mejoras en los itinerarios que conducen tanto al ambulatorio de Altza como a la ikastola Harri Berri, facilitando el día a día de cientos de familias del barrio.
El proyecto también ha apostado con decisión por la sostenibilidad energética a través de la creación de comunidades energéticas locales. En este marco, se ha instalado una planta fotovoltaica en la cubierta del colegio público de Altza, que ya abastece a 13 edificios e instalaciones públicas del barrio, con una generación anual estimada de 98.075 kWh. Además, se ha iniciado la instalación de otra planta solar en el polideportivo de Altza, que producirá cerca de 377.505 kWh al año, en un esquema de autoconsumo compartido que beneficiará tanto al propio equipamiento como a otros suministros municipales.
La quinta línea de intervención ha estado vinculada a la digitalización de las viviendas participantes. A través de un sistema de sensores y monitorización de los datos de confort y consumo, se están recogiendo registros en tiempo real sobre la calidad del aire interior, incluyendo parámetros como la humedad, la temperatura, los niveles de CO₂ y el consumo energético. De esta manera, se ofrece a las familias una herramienta que permite comparar los datos de antes y después de las intervenciones y que no solo mejora la eficiencia en el uso de la energía, sino que también incide directamente en la salud y el confort dentro del hogar. Además, cada persona usuaria podrá hacer un uso más informado de la energía que consume su vivienda.
Por último, se ha puesto en valor el paisaje y el patrimonio natural del barrio, con actuaciones centradas en el parque Lau Haizeta. Se han renovado los elementos de cartelería y se han diseñado nuevos recorridos medioambientales apoyados en códigos QR que facilitan la interpretación del entorno. Asimismo, se ha llevado a cabo un estudio de frecuentación, que permitirá orientar futuras mejoras en este espacio natural, muy frecuentado por las y los vecinos de Altza.
Un proyecto con impacto social y comunitario
Altza, con cerca de 20.000 habitantes (10,7% de la ciudad) y más de 8.900 viviendas distribuidas en 1.181 portales, es uno el tercer barrio más poblado y con mayor densidad de Donostia. Más del 85% de su parque residencial fue construido antes de 1981, lo que hace especialmente necesaria la inversión en rehabilitación y modernización.
La regeneración integral de Altza se ha consolidado como un proyecto pionero en Euskadi, tanto por su alcance económico como por su impacto social. La combinación de rehabilitación de viviendas, servicios de proximidad, energías limpias, digitalización y mejora del paisaje urbano representa un modelo a seguir para futuras operaciones en otros barrios de Donostia y del conjunto del País Vasco.