1.- Antecedentes históricos.
La Alianza entre las fuerzas nacionalistas vasca, gallega y catalana viene de lejos: nuestro proyecto común ha recorrido un largo camino hacia la definición de una estrategia compartida y una unidad de actuación con el objetivo de lograr el reconocimiento jurídico-político de nuestras realidades nacionales.
A principios del siglo XVIII se establece el modelo de estado español basado en el centralismo y el uniformismo y se consolida en el siglo XIX, lo que trae consigo un profundo deterioro de las realidades pluriculturales, plurilingües y plurinacionales.
Ante la práctica negación de nuestras realidades nacionales, el sentimiento identitario va tomando conciencia en Euskadi, Galiza y Catalunya: se van creando asociaciones y entidades culturales de prestigio, movimientos ciudadanos a favor de la lengua y la cultura nacionales, formaciones políticas, sindicatos, etc. con vocación de construir nación.
En ese contexto, las fuerzas nacionalistas de Galiza, Euskadi y Catalunya comienzan a trabajar conjuntamente en la búsqueda de una estrategia concertada:
- El 11 de septiembre de 1923, Díada Nacional de Catalunya, se firma en Barcelona el Pacto de la Triple Alianza avalado por Francesc Maciá, Nicolau d’Olwer, Ventura Gassol y Antoni Rovira i Virgili por Catalunya; Manu Egileor, Eli Gallastegi, Uribeetxebarria y Manu Robles Aranguiz por Euskadi y Alfredo Somoza y Franciso Zamora por Galiza.
- Diez años más tarde, se firma el Pacto de Compostela en el Pazo de Fonseca en Galiza, creándose Galeuzca con la participación, entre otros destacados nacionalistas, de Batista i Roca, Nicolau d’Olwer, Castelao, Suarez Picallo, Alonso Rios, Irujo y Rezola.
- La Alianza Galeuzca quedó truncada por la sublevación militar del 36. La guerra, la derrota y la interminable dictadura no pudieron con el compromiso de aquella generación de personas comprometidas con la democracia y las libertades. Incluso durante los duros años del exilio, el lehendakari Agirre, Castelao y Pi y Sunyer trabajaron por mantener vivo el acuerdo y sobre todo, la memoria de las realidades nacionales de Galiza, Euskadi y Catalunya.
Por todo ello, ha perdurado, y sigue vivo, un sentimiento de hermandad y solidaridad entre las sociedades gallega, vasca y catalana. Y también una cierta complicidad social y política que se mantuvo incluso en los años más negros del franquismo, evidenciando que la tenacidad democrática y las aspiraciones de los pueblos son superiores en fortaleza a la negación de los derechos individuales y colectivos y la injusta agresión a las libertades y a la cultura.
En julio de 1998 se suscribe la Declaración de Barcelona por el Bloque Nacionalista Galego, Convergència Democrática de Catalunya, Unió Democrática de Catalunya y Euzko Alderdi Jeltzalea-Partido Nacionalista Vasco, retomándose y renovándose así el viejo y permanente objetivo de trabajar, a través de la acción coordinada, para lograr el reconocimiento jurídico-político de nuestras realidades nacionales.
La Declaración de Barcelona inicia una nueva etapa, una nueva oportunidad para el trabajo coordinado, en un escenario muy distinto al que conoció la vieja Galeuzca, un escenario marcado por una Europa en proceso de articulación económica y política y que avanza, a medio plazo, hacia una nueva redistribución del poder político.
Hoy, transcurridos casi ocho años, seguimos reivindicando su vigencia y por ello:
· Hacemos un llamamiento a la sociedad española para dialogar acerca de una nueva cultura política y promover una concienciación colectiva de su plurinacionalidad.
· Ofrecemos a Europa y al mundo nuestras propuestas en defensa de la diversidad, desde la convicción de que es posible la convivencia positiva y creativa.
· Nos comprometemos, asimismo, con la colaboración entre los sectores más activos de la ciudadanía en los ámbitos intelectual, cultural, educativo, profesional y empresarial, con el objetivo de dialogar acerca de nuestras propuestas y difundirlas.
Asumimos estos compromisos desde el necesario respeto a la especificidad de nuestras respectivas naciones y desde el respeto a las decisiones estratégicas que cada partido adopte, en función de su diagnóstico, análisis e ideario político.
2. El reto político de GALEUSCAT: tiempo de encrucijada, tiempo de oportunidad.
El reconocimiento pleno de los hechos nacionales de Euskadi, Catalunya y Galiza exige tejer una compleja red de acuerdos políticos y escrupuloso respeto democrático a las decisiones ciudadanas.
En este tiempo de encrucijada, el Estado español representa para las formaciones políticas de GALEUSCAT una amenaza y una oportunidad:
- por un lado, el Estado español es la institución que nos niega como naciones, que ignora nuestros derechos nacionales. Es un Estado que no cree en la diversidad y no acepta, en la práctica, el pluralismo –la plurinacionalidad- aun cuando lo declare retóricamente e incluso trate de interpretarlo según su exclusiva perspectiva política.
- el Estado es, al mismo tiempo, el espacio político prioritario de nuestra acción concertada.
La estrategia que siguen las fuerzas políticas mayoritarias del Estado respecto a nuestros derechos nacionales está bien articulada. Son ejemplos de ello:
- La apuesta por la homogeneización artificial del sistema autonómico que trata de ocultar y diluir nuestras instituciones y realidades nacionales.
- La presentación de nuestras exigencias democráticas como extravagancias o privilegios con los consecuentes retrasos y/o bloqueos estatutarios, creando a la vez la imagen de “insaciabilidad” del nacionalismo.
- Un discurso de deslegitimación social del nacionalismo en el conjunto español (violencia en Euskadi, presión económica catalana, proyección de la falsa visión de que el progreso de Galiza es inviable sin la presunta solidaridad ejercida por el Estado, ..etc.).
- La negación de la participación directa de nuestras instituciones nacionales en la UE y en los foros internacionales en general, lo que afecta directamente al desarrollo de los proyectos nacionales de Euskadi, Catalunya y Galiza.
Ante tal situación, nuestra decisión de fortalecer y consolidar definitivamente la acción política conjunta de GALEUSCAT conlleva los siguientes compromisos y tareas:
1. Impulsar las relaciones con otras fuerzas políticas que consideran un valor democrático el reconocimiento a la plurinacionalidad y a las naciones como realidades vivas que han de ser reconocidas como tales por los estados.
2. Trabajar en el análisis, la adecuación permanente y la actuación conjunta en los programas que sustentan las políticas más coherentes con la plurinacionalidad de los Estados.
3. Difundir nuestros planteamientos políticos al conjunto de la sociedad, y tomar la iniciativa, de forma conjunta y proactiva, para superar las actitudes políticas hostiles.
4. Profundizar en las relaciones con la sociedad civil organizada como forma de comunicación, interconocimiento y colaboración e impulsar también las relaciones entre ellas.
5. Avanzar en la coordinación política en el Congreso de los Diputados y en el Senado y en el impulso conjunto a la reforma del entramado institucional del Estado.
La alianza GALEUSCAT entre BNG, CiU y EAJ-PNV constituye la única alternativa política a la idea de Estado-Nación. Juntos, constituimos la tercera fuerza política del Estado. Desde esa convicción nos comprometemos a actuar desde la reflexión sincera y leal sobre las prioridades y la eficacia de nuestra actuación y a hacernos cada vez más presentes en la vida social y política no sólo de Galiza, Euskadi y Catalunya, sino también en la política estatal y europea.
La historia del Estado español nos enseña que los avances en el reconocimiento de la diversidad de naciones que lo componen y la mayor calidad de la democracia siempre fueron procesos paralelos.
Desde esta convicción, las fuerzas nacionalistas mayoritarias de Galiza, Euskadi y Catalunya ofrecemos nuestra contribución para demostrar que otro modelo de Estado es posible y que la oferta política de GALEUSCAT significa avanzar en la convivencia entre los distintos pueblos que conforman el Estado español, en la profundización de la democracia y en la modernización de las estructuras del Estado.
Los nuevos escenarios y los nuevos retos a los que nos enfrentamos en nuestras naciones ponen de manifiesto que nuestro objetivo de construir un auténtico Estado plurinacional es de más actualidad y tiene más sentido que nunca y justifica las respectivas reformas estatutarias iniciadas.
En este contexto, el 2006 debe ser un año decisivo para consolidar aún más nuestro compromiso común de proyectar y promover un modelo de Estado plurinacional en España, una tercera vía entre el modelo centralista del PP y el modelo neoautonomista del PSOE.
Es una dura y hermosa tarea que abordamos sin complejos. Somos una alianza política con vocación y decisión de futuro. Tenemos la convicción de que vamos a avanzar en nuestros objetivos, desplegando los tres ámbitos imprescindibles para ello:
- la consolidación de la acción conjunta CiU, BNG y EAJ-PNV.
- el diálogo, el debate y el acuerdo con las restantes fuerzas políticas, por encima de los legítimos intereses partidistas.
- la puesta en marcha del Programa de Actuación GALEUSCAT 2006
Se lo debemos a aquellas personas que, en tiempos más difíciles que los actuales, fueron capaces de crear y sostener GALEUSCAT. Se lo debemos en definitiva a la ciudadanía de Galiza, Euskadi y Catalunya.
Madrid, 25 de enero de 2006