En los últimos días se han prodigado declaraciones de distintos representantes del PSE-PSOE, como también de Batasuna, valorando diversos posicionamientos de EAJ-PNV e incidiendo en las supuestas diferentes sensibilidades existentes dentro del propio partido.
- La iniciativa del EAJ-PNV sobre pacificación y normalización no es otra que la recogida en el documento aprobado de forma unánime por el EBB el pasado 10 de octubre y presentado ante la Asamblea Nacional el 22 de octubre.
- EAJ-PNV es la única formación política que, hasta la fecha, ha acordado y hecho público su propuesta sobre pacificación y normalización. EAJ-PNV es el único partido que ha hecho ya sus deberes y tiene un documento concreto que aportar en un hipotético foro o mesa de partidos tendente a alcanzar un acuerdo de normalización política. En todo caso, es el motivo que nos ha impulsado a explicarlo desde hace unos meses a formaciones políticas y agentes sociales.
- La citada iniciativa se fundamenta en el respeto a la decisión de la sociedad vasca, propone la asunción del doble compromiso de “no imponer – no impedir”, apuesta por alcanzar un acuerdo con apoyo igual o superior al que tuvo el Estatuto de Gernika en 1979, opta por aportar a la mesa de partidos los contenidos relativos al derecho de decisión de la sociedad vasca y a la obligación de pactar recogidos en la Propuesta de Nuevo Estatuto Político, subraya el valor del pacto entre vascos y con el Estado según la mejor tradición foral, y recoge las condiciones de la consulta democrática –en ausencia de violencia y exclusiones— comprometida por el Lehendakari en su discurso de investidura.
- Con todo respeto, pero con rigor, parecen poco afortunadas y nada leales las valoraciones de diversos líderes socialistas sobre si EAJ-PNV está realizando o dejando de realizar determinados recorridos hacia la supuesta normalidad. EAJ- PNV está donde siempre ha estado, es decir, por las vías exclusivamente políticas y democráticas, por la consecución de las mayores cotas de autogobierno posibles tanto para la Comunidad Autónoma Vasca como para la Comunidad Foral de Navarra y los territorios vascos de Aquitania, por la cohesión de la sociedad vasca y la construcción de la nación vasca como sujeto político colectivo con capacidad de decisión.
- Puestos a detectar recorridos hacia la normalidad, es evidente la relación cada vez más distante entre el PSOE y el PP, y el conjunto de la sociedad española es consciente de que tal distanciamiento no se está produciendo precisamente por movimiento alguno del PP. Es el PSOE el que se está moviendo y debe moverse aún más si quiere superar sus acuerdos con el PP de la era Aznar en aspectos tan poco edificantes para un Estado de Derecho como el Pacto antiterrorista, del que deriva la ley partidos.
- Ya existen demasiados intereses y amenazas, de uno y otro lado, como bien sabe el Partido socialista, en contra de que fragüe un proceso que nos lleve a la pacificación y a la solución del llamado “problema vasco”. Necesitamos sentarnos en una mesa para, sin condiciones previas, más que la ausencia de violencia y de exclusiones, poder comenzar por un diagnóstico compartido. Ello no es compatible con la pretensión de que nadie renuncie a sus principios como lo pretende el Pacto antiterrorista ni con la tutela de organizaciones armadas.
- En la iniciativa aprobada por unanimidad en su Ejecutiva Nacional, EAJ-PNV aboga por reconstruir el tejido de confianza entre las formaciones políticas. EAJ-PNV se va a esforzar en ello, pero este esfuerzo requiere también del apoyo y discreción del resto de partidos interesados en la normalización y pacificación de Euskadi. El silencio, cuando menos temporal, de espontáneos y francotiradores desinformados favorecerá sin duda el éxito de todos.
- EAJ/PNV anima a que, en los periodos en los que se ha de decidir dar pasos atrevidos hacia adelante, huyamos de la tentación de justificarnos –en el caso de no querer dar esos pasos- buscando la excusa interesada en el otro. De manera que tampoco lleguemos a la conclusión que, al parecer, otros llegaron en el pasado: de que este proceso no fue un fracaso sino una experiencia. Es el objetivo para dar respuesta a los anhelos de la sociedad.
En Sabin Etxea, a 11 de enero de 2006