Opinión
17Enero
2011
17 |
Opinión

La razón de las armas y las armas de la razón

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Enero 17 | 2011 |
Opinión

La violencia política ha sido la peor tarjeta de presentación de la causa del nacionalismo vasco. ETAm ha sido la excusa esgrimida para negar a los vascos su derecho a escribir de su puño y letra su presente y futuro libre expresado en las urnas vascas. ETAm ha defraudado, engañado y mentido multitud de veces, la democracia no le debe nada en absoluto. Su estupidez y sinrazón no ha conseguido nada en positivo. Debió finiquitar con los últimos estertores del franquismo y su fin debió de acompañar a los aires que a finales de los años setenta soplaban con deseos de libertad, en la llamada transición, posteriores a la muerte del dictador. Entiendo que no debió de sobrevivir al fascismo y que no debió irrumpir en democracia. El tremendo hastío social generado por el matonismo político está presente a flor de piel en los hombres y mujeres de aquí y de allí. Pero no podemos desperdiciar esta oportunidad que bien puede ser histórica. Ojala.

Ya tenemos comunicado. ¿Ambiguo? ¿Insuficiente? Ciertamente no es el más deseado, o al menos el más querido y ansiado por la sociedad vasca.  ETAm no desaparece ni se disuelve. Pero sí quizá sea un  pasito hacia delante. Sí quizá un eslabón más en la buena dirección. En la única dirección posible. Uno espera que haya otros comunicados y más definitivos e irreversibles. Creo que este comunicado no es negativo, pues no parece que tenga tentaciones de tutelar ningún proceso. A diferencia de otros no se presenta como garante de ningún proceso y solo por ello puede ser que induzca a la esperanza.  Ojala que esta vez sea la buena. Pero falta la mayor, falta la disolución, falta que desaparezca definitivamente. Y es así que pueden surgir dudas, y es legítimo que éstas surjan, la experiencia así lo propicia e incluso así lo aconseja. Hay un hecho objetivo  y es el de la no existencia del término de irreversibilidad. No se pronuncia una palabra que podría ser clave, el concepto de la irreversibilidad, la imposibilidad de la vuelta atrás y de la vuelta al terrorismo. ¿Será unilateral en el tiempo? ¿Dependerá de cómo se desarrolle el llamado proceso del que hablan los encapuchados? Lo cierto es que puede haber interpretaciones varias. Y creo que es normal. Aparecerán consideraciones si la botella está medio llena o medio vacía. Y las dos interpretaciones responderán parcialmente a la realidad. Pero yo creo que hay botella y que tiene agua. Puede incluso que lo que se diga públicamente puede ser que no responda totalmente con la realidad. Pero uno tiende a pensar que la pesadilla de ETAm parece que está tocando a su fin irreversiblemente. Porque lo quiera o no ETA la suerte está echada. Su disolución y desaparición de la vida de los vascos no tiene vuelta de hoja. Su adiós a las armas es la única aportación que pueden realizar a este pueblo, a esta sociedad. Es la única aportación que pueden realizar a Euskadi. Su adiós no es negociable.

 

Estamos abocados, quiero creer, a mirar a un futuro sin ETA, un futuro en paz, un futuro sin partidos ilegalizados, acatando y respetando todos el único juego político posible, el democrático, fundamentado en la voluntad de las mayorías y en el respeto a las minorías. En democracia, con urnas y votos, sin violencias, ni amenazas, sin muertos ni asesinos. La pesadilla de ETAm parece que está tocando a su fin. Y ello tres décadas más tarde  de que lo hiciera ETApm. Treinta años contemplan ambos hechos. Y no es fácil hacer análisis políticos, comparaciones ni valoraciones cuando uno ha sido arte y parte. Es complicado abstraerse de lo vivido y subir a ningún púlpito. Es una cuestión de pudor. Treinta años en la vida de una persona son muchos, pero muy pocos en el devenir de un pueblo y quizá por ello uno tenga la tentación, no bien resuelta, de recrear antiguos imaginarios que quizá no respondan a lo que realmente sucedió. Resulta peliagudo esbozar lo que uno cree que sucedió hace tres decenios y pretender establecer comparaciones con lo que parece ser está ocurriendo.

 

¿Hay algún  parecido entre la autodisolución y desaparición de ETApm y el cese del alto el fuego, o lo que realmente esté pasando en el seno de ETAm, treinta años más tarde? Hablaré de percepciones íntimas, fotos borrosas, claroscuros que han pervivido en la memoria de uno. Creo tener la percepción que la muerte de Franco, la amnistía, las primeras elecciones, la Constitución, la UCD de Suárez y el Estatuto de Autonomía de Gernika marcaban un antes y un después. Euskadi, el Pueblo vasco, la sociedad vasca, se encontraba ante una puerta que se abría hacia un paisaje novedoso. Percepción de que la violencia política de resistencia antifranquista no tendría sentido alguno en el nuevo traje político que nos íbamos a vestir, que el quehacer de la política iba a estar en flagrante e irresoluble contradicción con el asesinato de adversarios políticos que podían ser compañeros de escaño. Y así fue. Y es aquí, quizá, donde resida la clave de la diferencia entre aquello y lo de hoy. Hace treinta años, se impuso la Política con mayúsculas debido a que  el peso específico y el cuajo real y verdadero de aquel mundo residía en su parte, digámoslo así, política. Es decir la "vanguardia" en cuanto al liderazgo del conglomerado era la parte política y en cambio, durante los muy desgraciados  treinta años posteriores la "vanguardia" ha sido ETAm y todo su mundo giraba alrededor de lo militar, indiscutible e inapelablemente, hasta que el hartazgo social y la asfixia policial, jurídica y legislativa han acabado con su derrota operativa.

 

Hoy, el hartazgo de la sociedad para con una ETAm que ha dejado en democracia un cruel reguero de sangre y dolor ha tocado fondo. Su actividad ha sido cruel. Su accionar ha causado dolor, ha generado sufrimiento y ha roto la convivencia en este pueblo. Ha sido letal para la vertebración social de la sociedad vasca. Ha intentado imponer su voluntad con el asesinato y el miedo. Ha atacado el corazón de la razón y del sentido común. Ha desparramado por doquier víctimas y lágrimas, ha sido una auténtica vergüenza para los vascos y para Euskadi, un baldón pesado para su progreso en convivencia y hoy derrotada, esclerótica y ahogada en sí misma, después de casi un millar de asesinados y de otro casi millar de presos, estúpidamente más tarde, pretende justificar que su apuesta por perdurar en democracia ha valido la pena. Un auténtico desastre y vil obstinación letal.

 

No hay celofán que pueda disimular que el único logro a conseguir sea que con su último manifiesto "su" izquierda abertzale vuelva a poder presentarse a las elecciones. Patético y pírrico balance de decenas de años de asesinatos, estupideces sin límites, de una literatura que se desmorona y de un recorrido que ha llenado Euskadi de estrategia inútil y ética cruel. Es, digan lo que digan sus voceros, la inapelable derrota de la sinrazón fanática de quien no sabe de dónde viene ni, menos, a dónde va. Un inmenso, inútil, vergonzante y sangriento error. Sobra todo tipo de literatura enrevesada, falta valentía para traicionar su letal historia en democracia y decidir su disolución y desaparición. Una última consideración, y espero que se me entienda correctamente, quiero creer que todos estaremos a la altura de las circunstancias. Riesgos y alegrías innecesarias ni las justas.

 

Pero algo debe de quedar perfectamente claro, la democracia, la libertad, la sociedad vasca, Euskadi, la ética, la convivencia entre seres humanos, el respeto, la política y los derechos humanos, ni nadie, le debe absolutamente nada a ETA. Es ETA quien nos debe todo a los de aquí y a los de allí, y ese todo es lo único que puede ofrecer, el adiós a las armas, el adiós a la razón de las armas y el abrazo sincero  a las armas de la razón.

 

No hay otro camino. Y cuanto antes mejor. Fin de la pesadilla que nunca debió existir.

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