Opinión
08Octubre
2010
08 |
Opinión

"Giner de los Rios y la INLE hacen 134 años" Jose Manuel Bujanda Arizmendi

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Octubre 08 | 2010 |
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La INLE (Institución Libre de Enseñanza) fue fundada en octubre en 1876 por un grupo de catedráticos entre ellos Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Nicolás Salmerón, separados de la universidad por defender la libertad de cátedra y negarse a ajustar sus enseñanzas a los dogmas  oficiales en materia religiosa, política o moral. Ello les obligó a proseguir su tarea al margen de los centros universitarios del Estado mediante la creación de un establecimiento educativo privado, cuyas primeras experiencias se orientaron hacia la enseñanza universitaria y después a la educación primaria y secundaria. Desde 1876 hasta 1936, la INLE se convirtió en el centro de gravedad de toda una época de la cultura española y proclive a la introducción de las teorías pedagógicas y científicas que se estaban desarrollando fuera de las fronteras. En el Boletín de la INLE colaboraron figuras de dimensión internacional como Bertrand Russel, Henri Bergson, Charles Darwin, Unamuno, Maria Montessori, Leon Tolstoi, Rabindranath Tagore, Juan Ramón Jiménez, Gabriela Mistral, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Azorín, Eugenio D´Ors, Ramón Pérez de Ayala, Antonio y Manuel Machado etc.

Bajo la influencia de Giner y la INLE se emprendieron desde organismos públicos importantes reformas en los terrenos jurídico, educativo y social, y se crearon organismos como el Museo Pedagógico y la Junta para Ampliación de Estudios de la que dependía el centro de Estudios Históricos, el Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales o la Residencia de Estudiantes. En torno a la Junta y al Museo cristalizaron desde 1907 hasta 1936 intentos de reforma científica y educativa que dieron lugar a iniciativas pioneras: las pensiones para ampliar estudios en el extranjero, las colonias escolares de vacaciones, la universidad internacional de verano o las misiones pedagógicas actuantes durante la Segunda República. Tras la muerte en 1915 de su principal inspirador Francisco Giner de los Ríos, se creó la Fundación Francisco Giner. La Fundación tuvo el encargo de velar por el patrimonio de la ILE y proseguir con la tarea educadora iniciada por su maestro. La guerra civil del 36 y la posterior proscripción de la ILE supusieron un largo paréntesis para sus actividades aunque el proyecto continuó alentado en diversos países por "institucionalistas" exiliados. Tras la entrada en vigor de la Constitución de 1978, la Fundación recuperó su patrimonio, su plena capacidad de acción, reanudó sus actividades y desplegó sus esfuerzos en la publicación del Boletín como revista de ideas y de cultura, se reconstruyó la biblioteca, imprescindibles para el estudio de la renovación pedagógica en la España del siglo XX. Se iniciaron así mismo programas de formación de enseñantes, cursos, seminarios, conferencias, exposiciones, proyecciones e iniciativas varias con vocación de involucrarse en la modernización del sistema educativo.

 

Francisco Giner de los Ríos es considerado por muchos como el educador por excelencia de la España contemporánea. Intelectual y pedagogo representó el esfuerzo por incorporar y absorber nuevas tendencias culturales traídas del extranjero. Nació en Ronda en el seno de una familia acomodada, lo cual le permitió acceder a la universidad. Estudió Filosofía en Barcelona y Granada, trasladándose a Madrid en 1863, donde entraría en contacto con el profesor Sanz del Río cuyas ideas e influencia marcarán para siempre el pensamiento y la obra de Giner. Obtuvo la cátedra de Filosofía del Derecho y de Derecho Internacional de la Universidad de Madrid. Su carácter crítico, sus modos de enseñar y su ilimitada ilusión docente convirtieron a Giner en una de las figuras obligadas del Madrid universitario. No dudó en enfrentarse a ciertas ordenanzas atentatorias a la libertad de cátedra. Como consecuencia de sus opiniones contrarias a las disposiciones del gobierno fue expulsado de su cátedra, junto con amigos y discípulos, buena parte de los cuales compartirán desde ese instante los sueños transformadores de Giner de los Ríos: formación de hombres y mujeres útiles a la sociedad y capaces de concebir un ideal. Apostó por la coeducación y el reconocimiento explícito de la mujer en pie de igualdad con el hombre, apostó por la libertad de cátedra y la investigación, por la libertad de textos y supresión de los exámenes memorísticos. Se esforzó por una escuela activa, no dogmática, basada en el método científico, que abarca toda la vida y que pretende la formación de personas completas, abiertas a todos los ámbitos del saber humano, opuso libertad a la autoridad arbitraria.. Contribuyó a la consecución de una sociedad de personas libres dirigidos por personas libres y con preparación adecuada. En 1881 fue restituido en su cátedra

 

Este año 2010 se cumplen pues dos aniversarios, el 134 aniversario de la fundación del ILE y el 94 del nacimiento de la Fundación de Giner de los Ríos. Bueno es recordar a personas, instituciones, intentos de mejorar la sociedad, ilusiones y sacrificios que sin pertenecer a tiempos demasiado lejanos corren el riesgo de perderse en la memoria colectiva. Es conveniente saber que en otros tiempos, también en el campo de la pedagogía, de la enseñanza y de la educación hubo personas que invirtieron todo su buen hacer y saber en una disciplina que consideraron fundamental y clave para el desarrollo y el futuro de las personas y de las sociedades a las que pertenecían. Actuaron en función de lo que honesta y comprometidamente creían, y de lo que sinceramente pensaban.

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