Hace diez días, el viernes veintisiete de agosto, publicaba yo un artículo premonitorio en este mismo medio que se titulaba "¿Ventana al cambio de ciclo?" y en el que comentaba la imperiosa necesidad de la desaparición de ETA, en el sentido más amplio y literal de los términos, y ello por muchos, importantes y variados motivos. Me reafirmo en todas y cada una de las ideas del mencionado artículo. Pero hagamos un poco de Historia, la denominación de Euskal Herria, como nación que diríamos hoy, era ya una realidad en el siglo XVI con Joannes Leizarraga y la reina de Navarra Joanna de Albret, con el primer libro en euskera "Linguae Vasconum Primitiae" del Bajo-Navarro Bernart Etxepare y realidad en el siglo XVII en Axular de Lapurdi autor del "Gero" en el que afirmaba que Euskal Herria lo componen siete territorios. La nación vascongada" estaba en las reflexiones de Manuel Larramendi muerto un siglo antes del nacimiento de Sabino Arana. Tenemos pues un largo recorrido, reflejo y consecuencia de una voluntad mantenida de querer ser y de continuar siendo pueblo y nación vasca. No perdamos esta perspectiva. Todo lo mencionado es anterior a las dos Repúblicas que ha habido en España, a los Estatutos de Autonomía de Euskadi que han sido testigos de acontecimientos que traducían la realidad de la existencia del Pueblo Vasco a su concreción política, anterior a que lo conocido por Euskal Herria pasase a ser el proyecto político de la Euskadi de las siete provincias, anterior a Franco, a la Dictadura, a la Constitución y al nacimiento de ETA. Cierto que existe un, llamémoslo, contencioso vasco que tiene su origen en la abolición de los fueros por la fuerza de las armas y (lo repito) anterior al nacimiento de ETA y que persistirá a su propia finiquito. ETA, ni su existencia, ni su desaparición, será ni el arreglo ni la solución, salida, ni superación del desencaje entre lo vasco y la España Constitucional que arrancó en el Cádiz de 1812. Es más, el accionar asesino de ETA en democracia, ha manchado y prostituído de una forma enfangante el mero hecho de plantear el ejercicio del derecho de los vascos a ir construyendo nación vasca y su violencia ha torpedeado inmisericorde las reivindicaciones del nacionalismo vasco.
Y en lo que parece ser el comienzo del final de ETA, sinceramente, desconozco (lo quisiera saber en verdad) los entresijos de lo que realmente está posiblemente pasando y no sé ciertamente si hay algo más de lo que se aprecia a simple vista. Ignoro si lo que parece ser la única baza y único clavo ardiendo al que agarrarse en manos del PSOE (lo del PSE y Patxi López es otra cuestión) para evitar una cuasi segura derrota electoral es una tentación irresistible para actuar casi a la desesperada independientemente del celofán que unos y otros quieran mostrar. Incluso llego a sospechar que haya algún momento en el que los intereses del PSOE-PSE y los del mundo de ETA se complementen, siempre en contra del PNV. Personalmente pienso que la rueda de prensa de ETA, con su parafernalia caduca, rancia y ridícula, boina a rosca y ornamentos txurrigereskos, no es una mala noticia, al contrario pienso que es una buena y una magnífica noticia pues, por lo que sea, se desiste de asesinar al que discrepa. No sé que nos deparará el futuro, intuyo que estamos al comienzo lento de una complicada ciaboga con árbitros interesados, mar erizado y lleno de dificultades. Pienso que habrá más movimientos, quizás ya calculados, medidos y graduados. Desconozco lo real de las engoladas orquestaciones en las declaraciones de unos y de otros, aunque mi opinión es que la llamada izquierda abertzale "oficial" haya emprendido quizá un camino irreversible, y que este alto el fuego, o como se le quiera llamar, desvela a simple vista, salvo futuras y posibles sorpresas, que ETA aparentemente va bastante pasos detrás de los intereses de los "suyos". Euskadi nada debe a una ETA que debe desaparecer y que le debe la paz a Euskadi.
Desconozco si ETA renunciará definitivamente a ser garante y centinela de no sé qué: ¿es verificable y definitiva la tregua, o es un truco para ganar tiempo, según el inefable Mayor Oreja? Confieso mi incapacidad para prever el futuro que le depara al llamado polo soberanista en relación y en consecuencia con las posturas, actuales y futuras, de ETA. Veo nublado el futuro de EA en sus extraños, por tan apasionados, amoríos con ese mundo, no sé medir lo que hay de agobios de supervivencia en su política de alianzas ni graduar lo que puede haber de despecho y ansias de justificar no se qué. Me es una incógnita lo que puedan hacer ELA, o Aralar, mientras exista ETA.
Yo no creo en los frentes de ningún tipo. No creo en el llamado frente constitucionalista español, por artificial, autista, irreal y caduco. Tampoco creo, por ineficaz, miope y contraproducente, en el llamado polo soberanista vasco. Y no me olvido, es importante no hacerlo, que ETA y su mundo nació para sustituir al PNV. Si creo en el nacionalismo democrático institucional e histórico, amable, integrador y eficaz, que asume responsabilidad, gestión y política para transformar escenarios. Creo en el derecho de decidir de los vascos, en su necesidad inteligente de pactarlo y en el reto de sintonizar con el cauce central de la sociedad vasca. Creo en las personas. Dicho lo dicho. Ojala que sea la última vez que especulemos sobre una ETA que ojala pase página. Todo lo demás tiene arreglo. Suerte !