Barkos: "Me deprime que se use a Navarra en Madrid en batallas por el poder"
ALBEROT SURIO
Me deprime mucho que se haya usado a Navarra en Madrid en batallas por el poder». Así de tajante se pronuncia Uxue Barkos (Pamplona, 1964), diputada de Nafarroa Bai en esta legislatura y candidata de la coalición nacionalista en las elecciones generales del 9-M. «Hay que cambiar de nombre el futuro órgano de cooperación entre la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra», asegura.
- ¿Qué está en juego el 9-M?
- Consideramos que son unas elecciones importantísimas para Navarra y nos gustaría también que nuestra representación pudiera contribuir a la articulación de una nueva mayoría progresista para el conjunto del Estado. ¿Cómo veo las elecciones? Sinceramente creo que estamos en un empate técnico, tal como revelan casi todas las encuestas, y que cualquier pequeño cambio de última hora, y en campaña se producen, puede decantar la balanza.
- ¿Cree que estas generales pueden servir para que se produzca cierto voto de castigo en Navarra tras el polémico veto de la dirección del PSOE a un pacto de gobierno con NaBai?
- No sé si estas elecciones van a plantearse como una fórmula de castigo, pero yo creo que una de las señas de identidad que hay que defender cuando se está en política es la coherencia. Y lo que ha sido Zapatero en este asunto es profundamente incoherente. Yo no reivindico el castigo, lo que pido es que se reconozca a quien ha sido coherente y a quien no lo ha sido.
- ¿Pero usted está resentida por aquel episodio?
- En absoluto hablaría de resentimiento, pero sí de cierto regusto amargo por parte de todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que en las pasadas elecciones del 27 de mayo votamos por un cambio de gobierno en Navarra, gentes que votaron NaBai, al PSN o a IU.
- Ha sido una legislatura en la que se decía que se 'vendía' Navarra...
- La derecha montó una tremenda campaña alrededor de una supuesta venta de Navarra al nacionalismo vasco. Pero en cierta forma es Zapatero el que ha 'vendido' políticamente a Navarra, pero lo que no nos dijo nunca el PP es que precisamente la iban a comprar ellos. Primero alarmaron a la gente sacándola a la calle con los peores espantajos, y luego pactaron con el PSOE. Todo un ejercicio de cinismo y de incoherencia, aunque hubo muchos sectores sociológicamente navarristas que ya entonces se dieron cuenta de que se trataba de una estrategia de agitación tremendamente zafia. Si se vendió o no Navarra lo debía explicar Miguel Sanz, nombrado en Madrid por ese acuerdo entre la derecha y el PSOE. Lo ocurrido en esta comunidad durante los últimos nueve meses, si no fuera por el profundo calado político que tiene, sería de sainete. A mí me deprime mucho ver cómo se ha usado a Navarra en Madrid en batallas políticas por el poder.
- El caso es que existe una sintonía presupuestaria en el Parlamento de Navarra y en el Ayuntamiento de Pamplona entre UPN y los socialistas que parece muy difícil de desactivar...
- Es una sintonía económica y presupuestaria absoluta en ambas instituciones a favor de UPN. El PSN, y ahora lo vemos claramente por ejemplo en el Ayuntamiento de Pamplona, ha pasado a ser una especie de CDN descafeinado.
- ¿Usted ve posible en cualquier caso un cambio político de gobierno después de las próximas elecciones generales?
- Nosotros tenemos claro una cosa. Nafarroa Bai no negoció el Gobierno de Navarra en Madrid, ni tan siquiera discutió sobre el futuro de las instituciones navarras en Madrid. Ni entonces lo hizo, ni lo va a hacer ahora. El cambio puede darse en cualquier caso en quienes en su día fueron los que variaron su posición. Si el Partido Socialista quiere seguir siendo socio del PP en Navarra será el propio Partido Socialista el que lo deba de explicitar. Y si quieren cambiar de estrategia tendrán que explicarlo. Desde luego, NaBai no va a Madrid a cambiar el Gobierno de Navarra. No lo hemos hecho nunca y no lo vamos a hacer. Mi premisa es que los cambios políticos en Navarra no deben decidirse nunca en Madrid. La posibilidad hipotética de una moción de censura está en el tejado exclusivamente del Partido Socialista.
- El objetivo de NaBai es ser la segunda fuerza política de Navarra. ¿Realmente lo ve viable?
- Sí, claramente es nuestro objetivo. Somos ambiciosos pero también somos realistas. Y es un objetivo tan ambicioso como realista. Sabemos cuál es la realidad sociológica de Navarra, sabemos que hay una dinámica de cambio que es imparable. Nuestra apuesta pasa por afianzarnos como segunda fuerza política en Navarra ensanchando lo máximo nuestro respaldo social y electoral de todos los progresistas de Navarra.
- A su vez, NaBai libra un pulso con el nacionalismo radical...
- Más que pulso o enfrentamiento, es ese mundo del MLNV el que la ha tomado con nosotros de forma unidireccional. Hemos tomado un rumbo y una dirección y eso parece que irrita a los sectores más extremistas. Por parte de ANV hay una estrategia muy deliberada de enfrentarse a NaBai.
- ¿Qué opina de las medidas contra ANV y EHAK?
- Nosotros hemos manifestado siempre, en los buenos y en los malos momentos, nuestra oposición frontal a la Ley de Partidos. Pero el caso es que durante cierto tiempo, quienes han estado sentados hablando con el Partido Socialista han sido precisamente ellos. Y a la pregunta de por qué no han llegado a un acuerdo para poder superar este marco jurídico-político tendrán que responder ellos, fundamentalmente la llamada izquierda abertzale tradicional.
- Ahora que ha reaparecido el debate sobre las conversaciones celebradas en Loiola en otoño de 2006, ¿cree usted que la posibilidad de un órgano de cooperación vasconavarro podría ser un futuro punto de encuentro de un diálogo político?
- Lo que no puede ser ese posible órgano de cooperación es el instrumento sobre el que depositar todos los demonios o todos los anhelos, debiera ser una herramienta natural y necesaria para el desarrollo socioeconómico, cultural... Por ejemplo, en materia lingüística o de infraestructuras. Vemos que la derecha y ETA reivindican Navarra como un objeto político. UPN y el PP, por una parte, para boicotear el proceso de negociación. Y ETA cuando rompe el alto el fuego con la excusa de que sin Navarra no había posibilidad de acuerdo. Que haya un instrumento de cooperación sería algo de sentido común en un futuro, pero seguramente habrá que empezar por cambiarle el nombre.
- ¿Pero va a estar el futuro de Navarra en una posible mesa de diálogo político?
- Más allá de que sea o no objeto de un futuro diálogo, lo cierto es que este tema está siendo usado por el PP en todas las instancias estatales. Navarra será lo que quieran los navarros.
«Labordeta ha sido un bálsamo de humanidad en el Congreso»
- ¿Qué le parece la campaña suscitada en Navarra, con el aval del propio Gobierno foral, para oponerse a que el lehendakari Ibarretxe pronunciara una conferencia en la universidad norteamericana de Standford?
- Absolutamente lamentable. Es la peor muestra de la incapacidad del consejero de Presidencia y por extensión del Gobierno de Navarra. UPN debería trabajar por la vía positiva y conseguir que Standford o cualquier foro invitara a Sanz a exponer su posición. Han dado una pésima imagen de Navarra y de sus instituciones. Ya he señalado en alguna ocasión que la criminalización de cualquier tipo de participación de la gente en términos políticos me parece que es un serio error. Deberíamos dar pasos serios para avanzar hacia políticas mucho más sensatas, mucho más respetuosas y mucho más serenas.
- ¿Cuál ha sido para usted el momento más amargo de la legislatura?
- Pues el peor momento fue cuando Zapatero me respondió en la tribuna del Congreso de los Diputados y justificó que sus socios en Navarra fueran los del PP en una incoherencia ideológica y política absoluta. Y lo resumió con un «así es la vida». Sinceramente le tengo que confesar que en términos políticos, no personales, ha sido el momento más triste y el más decepcionante.
- ¿Y el momento más divertido?
- Pues seguramente cualquiera que nos haya podido proporcionar José Antonio Labordeta, un buen compañero y un buen amigo, que es un hombre que lleva ocho años en el Congreso, que siempre tiene ganas de hacer frente a situaciones más o menos adversas con un chiste, con un humor, que de verdad ha sido un verdadero bálsamo de humanidad estos cuatro años en el Congreso. Y que hace de lo más hondo, de lo intelectualmente más profundo, algo muy tangible, muy cercano y muy humano.