Entrevistas
28Enero
2007
28 |
Entrevistas

Josu Jon Imaz (Noticias de Alava-Noticias de Gipuzkoa)

Entrevistas
Enero 28 | 2007 |
Entrevistas

Imaz: "El dislate del TSJPV violenta la democracia y exige una respuesta contundente"
Carlos Etxeberri
¿Qué opina de la decisión de la Audiencia Nacional sobre el caso De Juana?

Es una decisión judicial que no tiene agotado su recorrido, ya que cabe el recurso al Tribunal Supremo, que me gustaría se pronunciase de manera rápida y en sentido contrario. En primer lugar, por razones humanitarias, ya que una democracia se refuerza cuando se mantienen una serie de valores humanitarios. En segundo lugar, porque entiendo desproporcionada la solicitud de doce años por el presunto delito de haber escrito dos artículos de opinión, cuyo contenido puedo rechazar abiertamente, pero que está en la frontera compleja y peligrosa del derecho de opinión. También en un proceso de deslegitimación de la violencia la creación de mártires no es el mejor mecanismo.

La reacción que han tenido los jueces de la Audiencia Nacional, ¿no supone una especie de golpe de mano de la judicatura?

La forma como se ha producido el pleno de la Audiencia Nacional no parece que sea el mecanismo jurídico más adecuado, cuando la decisión le correspondía a la sala. Al final uno vuelve a pensar en las situaciones de excepción, que no son buenas ni deseables. Si una democracia tiene que hacer frente al fenómeno de la actividad terrorista de ETA, lo debe hacer con ética, con valores democráticos y sin excepciones. Insisto en que las políticas de excepción, desde un punto de vista democrático, no son legítimas y deseables en la medida que no fortalecen, sino que debilitan a la propia democracia.

En este caso, ¿también puede ser responsable el ministro de Justicia, que abogó por dictar condenas "ad hoc"?

Fueron unas declaraciones absolutamente desafortunadas. No podemos hacer política a golpe de percepciones de la sociedad y de encuestas. Se puede entender la repugnancia social que puede sentirse ante las actitudes de una persona pero no podemos hacer política a golpe de conmoción social.

Visto lo visto, ¿se puede pensar en la independencia del Poder Judicial, tal y como proclama el CGPJ?

En primer lugar, quiero destacar que hay una inmensa mayoría de jueces que cada día tratan de hacer su trabajo de la mejor manera posible y con unas circunstancias complejas, como ha pasado recientemente en Euskadi con amenazas y hasta asesinatos. Hecha esta reflexión, tengo la sensación de que en los últimos tiempos se han violentado en el Estado español los pilares básicos de un Estado de Derecho. El propio Estado de Derecho tiene mecanismos de control de unos poderes sobre otros, es decir, el control del Poder Judicial sobre el político en presencia de delito. Cuando un líder político en el ejercicio de sus funciones lleva a cabo sus tareas exclusivamente políticas, como es el derecho de la palabra y el diálogo, y existe una intromisión del Poder Judicial, se están violentando los principios básicos del Estado de Derecho, que se supone es la separación de poderes. Es verdad que la actuación de la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco no tiene recorrido, pero el proceso del lehendakari es un dislate.

¿Se esta buscando la foto del lehendakari procesado delante de un tribunal?

Si se busca eso, supone una quiebra de la confianza institucional a la que hay que dar una respuesta contundente. Las medidas aprobadas por el PNV, como la manifestación de mañana en Bilbao, van buscando una respuesta institucional, plural y social a lo que es la quiebra de los poderes en un Estado de Derecho.

¿Considera antidemocrático que, anteriormente la mesa del Parlamento, y ahora el lehendakari, sean imputados por actuaciones políticas?

Sí. Es un ataque en toda regla contra las instituciones. Por eso, no entiendo que algunas formaciones políticas como el PSE no estén en esta manifestación. Las instituciones vascas representan la base democrática de este país y reflejan el sentimiento de libertad de este país expresado democráticamente por la ciudadanía. Por eso, lo que está en juego es más que Juan José Ibarretxe. No entiendo que un demócrata no tenga este concepto muy claro. Aquí se han pasado las rayas rojas de los límites de la democracia, cuando se violentan los pilares del Estado de Derecho.

¿Cree que el Poder Judicial tiene pendiente la transición democrática?

Uno de los problemas de fondo es que el Poder Judicial es el único poder del Estado que no ha llevado a cabo su transición democrática en los mismos términos que han hecho el resto de los poderes. Eso se nota en muchos comportamientos y actitudes.

¿Y cómo se puede dar la vuelta a esa situación?

Con profundización democrática y mayores acuerdos y consensos en la elección de los órganos de gobierno de los jueces que, ahora mismo, están absolutamente ideologizados. El cuatrienio negro de Aznar ha dejado unas fallas en el sistema de libertades que van a exigir mucha cultura democrática y muchas garantías añadidas para que podamos volver a la situación anterior.

¿No requiere del impulso de un consenso de los partidos para su readecuación democrática?

Estamos tratando de impulsar una iniciativa de este tipo y por eso hay actitudes que a día de hoy, no entiendo. No me parecen de recibo las posiciones del PSE negándose a buscar una reflexión común y un acuerdo en torno a esta cuestión.

¿La falta de apoyo del PSE a la manifestación puede considerarse como una deslealtad?

No es lo que cabría esperar de la defensa del sistema democrático. Cuando la democracia se violenta de cualquiera de sus formas creo que no cabe la tibieza. El pragmatismo y la moderación son valores en una sociedad democrática, pero creo que hay momentos en los que hay ponerse firmes cuando se ven afectados principios éticos, democráticos y valores básicos. Ahí es donde uno no puede tener tibieza y mostrar donde están las líneas rojas y los límites democráticos.

¿Existen motivos electoralistas en la posición del PSE?

Si fuese así, me parecería un error. De la misma forma que a nivel de Estado, cuando ETA actúa los partidos tienen que abandonar el partidismo y tener una posición común contra el terrorismo y buscar una solución a este problema. Lo mismo se puede aplicar en la sociedad vasca cuando se está erosionando a sus instituciones. Aquí el estar en la oposición y en el gobierno es anecdótico. Aralar está en la oposición y, sin embargo, va a estar codo a codo con los que estamos en el Gobierno porque se trata de defender a las instituciones básicas de nuestro país.

¿Pueden peligrar las relaciones con el PSOE?

Creo que cuando estamos tratando de alcanzar la paz en nuestro país y los esfuerzos que ello requiere, sería una irresponsabilidad el que buscásemos una ruptura de las confianzas y las complicidades que en el ámbito de la consecución de la paz se han desarrollado en los últimos meses entre determinadas fuerzas políticas. Nosotros vamos a seguir estando abiertos en el ámbito del Estado a trabajar en lo que puede ser una posición común sobre cómo hacer frente a la violencia y buscar caminos para la paz. Creo honestamente que por nuestra parte sería una irresponsabilidad que dinamitásemos todos los puentes en la búsqueda de la paz por unas circunstancias que me parecen absolutamente rechazables y que no ayudan nada a la generación de confianzas.

Da la impresión de que la izquierda abertzale no se identifica con la iniciativa...

Entiendo que aquellos que no han respetado nunca nuestras instituciones, los que han despreciado olímpicamente nuestro sistema de libertades puedan tener dificultades para respaldar la iniciativa. Estamos respaldando las instituciones básicas y lo que el lehendakari significa, se llame Juan José Ibarretxe, Carlos Garaikoetxea o José Antonio Ardanza. Estamos hablando del respeto a la máxima figura institucional de Euskadi. 

¿Cree que esos movimientos de cierta autocrítica que hubo en dirigentes de Batasuna se han quedado ahí?

No quiero quitar valor a las declaraciones de Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga, en su mundo pueden parecer pasos importantes, pero son muy escasos para la inmensa mayoría de la sociedad que exige una mayor claridad respecto a la violencia terrorista. ETA debe, de manera clara, poner fin a la violencia y Batasuna plantear una exigencia en este sentido o si no, podemos entrar en una dinámica que va a ser mala y peligrosa para todos. Puede llevar al abismo político al mundo que Batasuna representa y podemos entrar en parámetros de grapización de lo que ETA significa, si es que hay una huida hacia adelante. ETA tiene capacidad para hacer daño en el corto plazo y hay indicios de que puede ser así.

¿Percibe en el futuro una ETA grapizada ?

Hay dos escenarios posibles. Por un lado, una huida hacia adelante y volver al año 2000 y por otro, que ETA entre en una situación de stand by y se produzca una vuelta al año 2004, de modo que que en unos meses se pudiesen producir señales claras e inequívocas de poner fin a la violencia que permitiesen avanzar en ese escenario. La huida hacia adelante podría llevar a ETA a una grapización .

En ese escenario, ¿la salida es la policial?

Es evidente que un Estado democrático debe responder con principios éticos, democráticos, sin medidas de excepción y con políticas judiciales y policiales.

¿Eso significaría truncar la posibilidad de normalización política?

Creo que no. En un escenario de huida hacia adelante, soy de los que creo que hay condiciones para que eso tenga un recorrido en el tiempo. Veo una salida de la violencia en este país por el cambio en el contexto internacional y, lo más importante, el cambio interno sociológico y político en ese mundo. En este país se puede y se debe seguir hablando, independientemente de lo que ETA haga o deje de hacer.

¿Se puede retomar la posición del acuerdo alcanzado por la mesa de partidos en noviembre?

Honestamente, con Batasuna no podemos seguir hablando en los mismos términos políticos que lo hacíamos en noviembre porque en una situación de violencia y, sin una respuesta a la exigencia democrática de condena o de rechazo a la violencia, no podemos hablar de metodología, de bases políticas y de calendarios. Yo voy a seguir hablando porque lo voy a hacer hasta con el diablo, pero no en los términos políticos a los que antes hacia referencia. Siempre hemos dicho que no es posible un diálogo resolutivo y alcanzar acuerdos en un escenario de violencia.

En la izquierda abertzale no le perdonan la posición que ha mantenido en las conversaciones...

Hemos actuado igual que Ajuriaguerra en Txiberta hace 30 años. Si el PNV se hubiese sometido al dictado de ETA hubiese sido una grave irresponsabilidad histórica. El PNV tenía la hoja de ruta del documento del EBB de octubre de 2005 y ha estado en este proceso jugando con lealtad, abandonando posiciones partidistas y a la altura de la responsabilidad histórica que tenía.

Por contra, los piropos que le ha lanzado Zapatero ¿le han ayudado?

Yo creo que eran unas palabras sinceras y como tal, las agradezco. Es importante el que mantengamos un espacio de referencia porque si cortásemos los puentes y las posibilidades políticas de alcanzar la paz con el presidente Zapatero, estaríamos abocando al PSOE a repetir el Pacto Antiterrorista con el PP. Y eso sería muy negativo para este país. 

¿Qué opina de la decisión de EA de no ir en coalición con el PNV?

Respeto la decisión que ha tomado EA. A partir de aquí, cada partido recorrerá su camino en estas elecciones y el día electoral por la noche ya veremos.

¿No ha podido influir en EA esa idea de que el PNV está próximo al PSOE?

Si alguien ha hecho ese análisis se equivoca profundamente. El debate respondía más a razones estratégicas que venían desde hace algunos años y que lo han resuelto de una determinada forma y dirección. Respeto esa decisión y no tengo nada que añadir, porque todo lo que diga sobre esta cuestión no va a ser positivo para la franca relación que debemos tener las dos formaciones.

Los resultados dicen que la coalición con EA sumaba. ¿En solitario puede producirse la resta?

Yo soy de los que he creído y defendido la coalición. Los valores y criterios y proyectos que defendíamos desde la coalición, los vamos a seguir impulsando desde el PNV. Nos habría gustado hacer las cosas de otra manera, pero EA ha tomado una decisión que es respetable.

¿Cómo afronta el PNV las elecciones locales y forales?

Con una experiencia contrastada. Es evidente que no somos unos recién llegados a la política vasca. Hay una experiencia de contraste del PNV en ayuntamientos y diputaciones. En las dos últimas décadas hemos conseguido nuestro autogobierno y hemos reforzado nuestra identidad como pueblo. En términos económicos y sociales, entre todos y con el liderazgo institucional del PNV, hemos dado la vuelta a este país. Afrontamos la campaña con enorme ilusión porque la política tiene que renovarse a los criterios del comienzo del siglo XXI. Es decir, ser más interactiva y con mayor participación ciudadana. Con estos nuevos elementos tenemos ilusión y ganas para liderar la sociedad vasca en los tiempos que corren.

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