EAJ-PNV quiere, antes de nada, denunciar una vez más el grave atentado realizado por ETA el pasado sábado en el Aeropuerto de Madrid, y solidarizarse con todos los afectados en general y las dos personas desaparecidas y sus familiares en particular.
Quiero llevar a cabo antes de nada una valoración desde el dolor, con nuestro corazón roto, pero a su vez serena. Porque en estos momentos duros, es cuando queremos más que nunca reivindicar la serenidad y la confianza en la democracia y en la política. Todo ello desde un firme compromiso con los valores éticos en el discurso y en el ejercicio de la política que viene avalado por 112 años de trayectoria.
Y desde una convicción. La ruptura del alto el fuego y el momento que vivimos tiene sólo un culpable. El que ha decidido ejercer la violencia y matar: ETA. Los análisis de lo que los demás hemos podido hacer o dejar de hacer son necesarios. Pero no nos tienen que hacer perder de vista el principio democrático básico de que la única responsable es ETA.
La situación planteada a partir del grave atentado realizado por ETA el pasado sábado exige un análisis de mayor alcance que el meramente coyuntural y cortoplacista. No podemos olvidar que la decisión de ETA de utilizar el terrorismo en un entorno democrático para la consecución de objetivos políticos dura ya tres décadas. Tres décadas en las que hemos vivido con esperanza procesos de paz, y en las que hemos vivido también duros momentos de ruptura de los mismos. Y a lo largo de este período, en circunstancias diferentes, pero en muchos casos en situaciones de sufrimiento y tragedia, esta sociedad siempre ha tratado de dar pasos adelante para alcanzar definitivamente la paz. Para que nade pueda romper esa esperanza.
La posición de EAJ-PNV no es, obviamente, ajena a la situación derivada del atentado del pasado sábado, pero responde a cuestiones de fondo y pretende elevarse sobre la agenda marcada por ETA.
ETA es una organización terrorista que en nombre de una supuesta representación popular que nadie le ha conferido, pretende conseguir fines políticos mediante la práctica de la violencia. EAJ-PNV comunicó ya a ETA en 1977 que nunca aceptaría su imposición militar y en esa misma posición se mantiene y se mantendrá. En el pasado, ahora y siempre. No vamos a aceptar nunca la imposición totalitaria de una ETA que pretende imponer objetivos políticos a través de la violencia y la amenaza. Y siempre alzaremos nuestra voz ante los que matan, los que asesinan para imponerse al conjunto de la sociedad.
Creemos que no tiene mayor sentido la discusión semántica de si el proceso está roto, quebrado o suspendido. Eso lo dejamos para los politólogos. Lo que es evidente es que las bases sobre las que se sustentaba este proceso nacido en 2004 y afianzado con el alto el fuego del 22 de marzo, son hoy, día 2 de enero de 2007 inexistentes. Y es también evidente que la sociedad, en esta difícil situación, nos exige continuar buscando caminos para acabar con la violencia y construir la paz.
Nuestra posición ante el final dialogado de la violencia y la normalización política es tan ajena a la agenda de ETA, que EAJ-PNV aprobó su Documento sobre la paz y la normalización política por unanimidad el 10 octubre de 2005, cinco meses antes que el anuncio de alto el fuego por parte de ETA. Nuestro documento de octubre de 2005 sigue en vigor a todos los efectos.
Siendo nuestra posición la misma, es evidente que nuestra esperanza ha perdido muchos puntos. No seríamos humanos si un atentado de tal gravedad no afectara a nuestro ánimo y a nuestra esperanza. Estamos, en algún sentido, en peor situación que antes de la Declaración de Anoeta, (porque la frustración de la oportunidad perdida nos lleva a posiciones siempre más negativas que el punto cero).
• ETA ha pretendido erigirse una vez más en juez de la vida de la vida de las personas, y con ello de la vida política y social vasca y, ha decidido que puede matar porque no le gusta el modo en que los partidos políticos hemos conducido nuestros debates, porque ha decidido no aceptar la red de relaciones que han ido tejiendo las fuerzas políticas vascas a lo largo de los últimos nueve meses.
• ETA ha roto el alto el fuego permanente con este atentado. Y la paz está más lejos. Porque la paz no es algo que dependa exclusivamente de nuestra voluntad; no es una variable independiente de ETA, sino al contrario: el cese de la violencia es el que puede marcar el comienzo de un proceso de paz, aunque no suponga, en sí mismo su culminación. Lo decíamos en nuestro documento de octubre de 2005. El cese de la violencia es la llave de un proceso.
Además, la resolución de mayo de 2005 del Congreso de los Diputados dice textualmente: “reafirmamos que, si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular”.
Conviene recordarlo porque se trata de una resolución cuyos conceptos básicos tienen un valor que va más allá de un contexto puntual de un determinado proceso de paz. Cabe recordar que el Pacto de Ajuria Enea, diecisiete años antes, contenía en su punto décimo prácticamente la misma afirmación. Por tanto el debate no es tanto sobre el contenido de esta resolución y su vigencia, ni sobre la semántica del proceso roto, quebrado o suspendido. Lo desgraciadamente reseñable es que no se cumplen las condiciones básicas para ese final dialogado, porque es evidente que no hay voluntad inequívoca de abandonar la violencia, sino todo lo contrario.
Y además, debemos hacer todos, el esfuerzo por evitar este debate, porque como decíamos en nuestro documento sobre la paz y la normalización política de octubre de 2005 “el nuevo tiempo político exige compartir criterios y valoraciones sobre la validez del abandono de la violencia. Entendemos necesaria una definición pactada entre los partidos políticos acerca del abandono de la violencia y una verificación compartida de su autenticidad”. Y hoy, nadie podemos defender honestamente que se dan estas condiciones.
Además, siendo de una enorme gravedad el atentado perpetrado por ETA en el aeropuerto de Madrid, la ciudadanía no ha visto un gesto mínimo de Batasuna ante tan tremendo atentado. Un gesto coherente con la Declaración de Anoeta (sacar el conflicto de las calles, apuesta por vías exclusivamente políticas y democráticas, ... ). Todos los partidos políticos dimos cobertura a la Declaración de Anoeta. Porque Batasuna defendió Anoeta, en nombre de toda la izquierda abertzale. Y, al hacerlo, defendía la vida política en Euskadi. Hoy, Batasuna, con su silencio, ha frustrado la esperanza de Anoeta. Batasuna ha demostrado que no tiene autonomía política. Que su aparente fiereza de algunos momentos, se convierte en docilidad y sumisión ante los intolerantes que han asesinado a dos inmigrantes ecuatorianos que dormían en el coche de un parking.
La sociedad exige a Batasuna una respuesta que vaya más allá de la retórica vacía. Porque sólo cuando Batasuna sea capaz de liderar, desde la civilidad, un proyecto político, habremos encontrado condiciones para un diálogo que conduzca a buscar espacios de negociación acuerdos de convivencia y normalización. Yo espero que esto ocurra cuanto antes. Por el bien de todos los vascos. Pero también Batasuna se juega, en este empeño o en la ausencia del mismo, la supervivencia de su proyecto político.
Mientras tanto, EAJ-PNV seguirá defendiendo, como lo ha hecho siempre, los derechos humanos y denunciando su vulneración. Seguiremos también reivindicando que a Batasuna le corresponde desarmar a ETA y que ése es su principal valor añadido, el que se le concede por encima de su representación electoral, como el del PSE o el del PSN es el de representar, en este periodo, al partido que gobierna en el estado o el del PNV es su capacidad articular mayorías políticas en Euskadi desde la centralidad.
¿A partir de ahora qué?
EAJ-PNV tiene como prioridad y horizonte irrenunciable la paz para nuestro pueblo. Porque la construcción de una Euskadi solidaria e integrada sólo es posible en paz y en libertad.
Y desde esta perspectiva, ante la gravedad de la situación, creo necesario traer a la actualidad los siguientes objetivos que considero especialmente pertinentes:
En primer lugar, consolidar, restaurar y reforzar los factores propiciadores de la paz, especialmente, el compromiso de la sociedad vasca con la paz y su rechazo vital de la violencia. En ese sentido, deseo apuntar nuestra decisión de seguir trabajando en el desarrollo de las resoluciones en torno a la paz y a la convivencia aprobadas por el Parlamento Vasco a instancias de la Comisión de Derechos Humanos en 2004, impulsar los Foros Municipales de participación ciudadana anunciados por el lehendakari y de comprometernos activamente en los programas y las actuaciones para la paz y la convivencia.
En segundo lugar, nuestro compromiso con el autogobierno vasco, por lo que supone de consolidación y asentamiento institucional de la identidad nacional vasca y de deslegitimación ética y política del ejercicio de la violencia.
En tercer lugar, practicar la defensa de la palabra, del debate civilizado, sin violencia y en libertad, en todo tiempo y lugar, como instrumento insustituible de la acción política. Reivindicar la palabra y la política frente a la violencia. Desde la convicción de que la pacificación será completa cuando, junto con las armas, cese también el esquema impositivo que trata de justificarlas. Porque no vamos a admitir nunca, y ETA lo debe de saber, un debate y acuerdo sobre el futuro de Euskadi bajo la tutela de ETA. Trabajaremos en defensa de las ideas y de los proyectos políticos, pero sin permitir que ningún proyecto político pueda ser esgrimido como condición para la paz.
EAJ-PNV va a seguir trabajando además con honestidad y con sinceridad para que el problema de la violencia quede finalmente fuera del tráfico partidista. ETA ha dinamitado el parking de la T-4 de Barajas. Pero no vamos a permitir que dinamite la confianza y el diálogo que ha surgido entre las formaciones políticas que avalamos este proceso desde convicciones firmes contra la violencia. En este sentido, participaremos en todas las iniciativas de diálogo que dentro de este espíritu busquen acabar con la violencia y construir un futuro en paz y libertad.
Hacemos en este sentido un llamamiento a todas las opciones políticas para que, sin menoscabo de la defensa de sus propios ideales, la lucha contra el terrorismo no sea en ningún momento motivo de división y menos aún utilizada como arma electoral.