UN GOBIERNO NACIONALISTA PARA CATALUÑA
Buenos días a todos:
Estamos con vosotros. Físicamente hoy, y con vuestro proyecto siempre. Es lo primero que quiero deciros. El PNV está con Convergencia i Uniò. Estamos con los que quieren un Gobierno nacionalista para Catalunya. Estamos con los que quieren un Gobierno que gobierne desde Catalunya. Que no dependa de Madrid.
Es para mí un honor, como nacionalista vasco, participar hoy aquí, junto al nacionalismo gallego, apoyando a Convergencia i Unió para volver a liderar el Gobierno de la Generalitat. Porque es evidente, que desde la restitución democrática, los éxitos de Cataluña han estado siempre unidos al gobierno de Convergéncia y Unió.
Vosotros, militantes y simpatizantes de CiU, sois los autores del éxito de Cataluña a lo largo de más de dos décadas. Gracias a la apuesta asumida en 1979 por la mayoría social y política catalana y al liderazgo ejercido por CIU desde 1980 hasta 2003, Cataluña se convirtió en una sociedad moderna, con bienestar y calidad de vida, con autogobierno responsable y una identidad propia salvaguardada y abierta al mundo.
Es cierto que Cataluña no es, en absoluto, una formulación ideológica del nacionalismo. Es cierto que Cataluña es una realidad histórica, sociológica y jurídico-política con identidad propia. Pero no es menos cierto que el nacionalismo catalán es el referente por antonomasia de los anhelos mayoritarios de la sociedad catalana y el garante de su defensa por encima de otros intereses cuyo epicentro está fuera de Cataluña.
La clave es ahora repetir el acierto de los años ochenta y noventa. Retomar la senda perdida, y recuperar de nuevo la imagen de una Cataluña responsable, emprendedora, innovadora, que sabe de dónde viene y a dónde va.
Como en 1980, Cataluña está de nuevo en una encrucijada política, que requiere una apuesta por los valores. Una apuesta por los valores que deben presidir nuestra acción política como nacionalistas catalanes, gallegos y vascos. Tenemos que hablar de los valores que deben dar respuesta a los problemas que tenemos todos planteados. Es hora de hablar sin complejos, sin buscar los aplausos fáciles. Vivimos momentos claves en los que se hace necesario contemplar los valores que ayudan a construir nación. La nación basada en espacios comunes, horizontes compartidos e identidades compatibles. La nación que, dicho en euskera, como abertzales que somos, debemos de buscar cada día en nuestra propia actuación política.
El valor de la democracia. El valor del respeto democrático que a todos nos debe obligar. Respeto a la voluntad democrática de la sociedad catalana como principio sobre el cual construir la convivencia futura y respeto a la opción mayoritaria que resulte de las urnas.
El valor de la convivencia y la cohesión. La nación es cohesión, identidad, compartir categorías de valores, sentir colectivo. La cohesión de la sociedad es para los nacionalistas un criterio básico, una prioridad. Porque sin sociedad cohesionada no hay nación democrática. Y sólo los caminos que cohesionan conducen a la construcción de la Nación Catalana en el siglo XXI.
El valor del autogobierno. Creemos firmemente en el autogobierno. Estamos convencidos de nuestra capacidad como sociedad para gestionar, a través de nuestras propias instituciones, todas y cada una de las acciones de nuestra vida social, cultural y económica. Creemos también en nuestra capacidad para dar respuesta propia a los retos del nuevo siglo. Y creemos, además, que la experiencia demostrada por CiU durante más de dos décadas, permiten confiar en sus capacidades de futuro.
El valor de la identidad. Nuestra identidad es lo que somos. La forma de entendernos a nosotros mismos. Preservar de una forma abierta la identidad de Cataluña, debe ser un objetivo fundamental para las nuevas generaciones. La garantía del éxito del proyecto nacionalista. El proyecto de Cataluña como una nación líder que triunfe en el siglo XXI.
El valor del compromiso. El compromiso de quienes día a día nos empeñamos en la construcción nacional. El compromiso de quienes tenéis a Cataluña como una de vuestras grandes prioridades. El compromiso de quienes deseáis para vuestros hijos e hijas una Cataluña mejor. Es preciso reivindicar el valor del compromiso patriótico con Cataluña como nación cohesionada, solidaria y estructurada, donde sus ciudadanos compartan una misma visión y un mismo futuro.
Esta es la receta del éxito del nacionalismo catalán y es así como se consiguió acertar en 1980. Estoy convencido de que, con estos mismos principios y valores, y en este tiempo político complejo pero esperanzador, el nacionalismo catalán liderado una vez más por CiU volverá a acertar. Acertar es que Cataluña sea una nación de personas responsables; una nación cohesionada y solidaria en la que todos se sientan partícipes; un país orgulloso de sus instituciones, con una identidad atractiva en un mundo abierto; y un país en el que lo más importante sean sus personas y las oportunidades que tengan a lo largo de toda su vida para desarrollarse. Esto es volver a acertar. Éste debe ser el objetivo del nuevo tiempo político que se inicia el 1 de noviembre: la consecución de un gobierno nacionalista para Cataluña. Que gobierne desde Cataluña. Un gobierno de Convergencia i Uniò.