Sobra la extorsión, la coacción física y el insulto ideológico al discrepante o al contrario. Sobra en una democracia que se precie enarbolar demonizaciones gratuitas, satanizaciones vergonzantes y ridiculizantes a objetivos políticos legítimos y por lo tanto democráticos del nacionalismo vasco, sobra por lo tanto la descalificación ‘‘per se’’ a todo lo que rezume reivindicación del derecho a ser y decidir. >br>
Sobran, por ineficaces, reiterativos análisis políticos sectarios y partidistas. Sobra el inmovilismo del color que sea. Falta inteligencia y sentido democrático de la convivencia entre dispares. Habrá, con las armas de la Ley, la inteligencia y la negociación eliminar y desterrar para siempre la violencia toda, la coacción mafiosa del impuesto revolucionario, sobra la imbécil y a la vez traidora ‘‘kale borroka’’ y la otra, la que puede asesinar. Sobra ETA, sobra y estorba porque es objetivamente un obstáculo objetivo, real y quinta columnista para pasar con generosidad página lograr la Paz y la reconciliación entre todos y todas. Sobran por lo tanto bombas, pistolas y cartas amenazantes. Falta diálogo inteligente y capacidad de sentarse cara a cara sin imposiciones de ningún tipo. Sobran las mentiras, las calumnias de algunas tertulias radiofónicas, por muy episcopales que sean, y los abusos palpables de poderes fáctico-mediáticos.
Falta ocupar una mesa abierta. Falta por parte de demasiados una mínima lealtad para con Juan José Ibarretxe Markuartu, el lehendakari de Euskadi, el lehendakari de los vascos, democráticamente elegido. Sobran barajas marcadas. Falta inteligencia, sobra ira. Falta mirar al futuro, falta humanizar el conflicto. Sobran las torturas, las dispersiones, los castigos añadidos, los sumarios de cierres de periódicos impunementes inconclusos, sobran jueces estrellas y sumarios indecentes e impresentables. Sobran adecuaciones legislativas a la carta y desempolvar las abundantes carpetas llenas de insultantes agravios históricos mutuos, personales y colectivos, políticos e ideológicos. Falta cintura en los partidos de ámbito estatal que tendrán que moverse con inteligencia y de los cuales no podemos prescindir.
Falta la obligación de lograr el triunfo de la política, del diálogo y la negociación sin límites democráticos como instrumentos para la resolución de discrepancias políticas, por profundas, antagónicas y severas que parezcan, o incluso, sean. Sobran predicadores de ortodoxias varias. Sobran proclamas excluyentes. Sobran vetos e imposiciones. Sobran raseros dobles a la hora de sacar lustro a la democracia. Sobra la impúdica manipulación de las víctimas. Sobra clasificar y mentir sobre las víctimas. Sobra olvidarse de una gran parte de ellas. Falta intenso y vivo afán de integración entre diferentes. Falta reformar y cambiar si es lo que la sociedad vasca mayoritariamente lo demanda, moviendo la ‘‘fotofija-constitucional-estatutaria’’, buscando nuevos espacios de encuentro y superación, en estricto y democrático derecho.
Falta respetar la palabra de la sociedad vasca. La que sea. Sobra desmoralizar a nuestra sociedad en el proceso de búsqueda de la Paz, de la reconciliación y de un mañana mejor para todos. Falta respetar la decisión y la palabra de la sociedad vasca, soberana y madura para la toma de decisiones que le impliquen su presente y su futuro. Sobran prejuicios. Falta respeto y educación. Sobra, en sus diferentes versiones, la impudicia del ‘‘todo vale’’. Falta coraje democrático. Sobra ira. Faltan apretones de manos y sobran amagos y pulsos estériles, sobra el ‘‘no’’, falta el ‘‘quizás’’, falta apostar, sobra plantarse. Sobran lágrimas, faltan sonrisas. Sobra el desánimo, falta querer creer. Sobra el Godot que nunca llega. Falta la praxis de la esperanza. No sobra buena voluntad, ni sobra nadie, faltamos todos, no faltemos nadie. Sobra olvidarse lo que un 5 de marzo de 1949, en plena dictadura, en la más plena de las oscuridades y en la radical clandestinidad, el Euzkadi Buru Batzar del PNV emitió, de la cual, el que esto subscribe ha entresacado algunos párrafos ilustrativos: «...el PNV proclama el derecho del Pueblo Vasco a expresar libremente su voluntad y a que su decisión sea considerada como la única fuente jurídica de su status político... el PNV afirma su respeto y adhesión a los pueblos que reivindican su libertad nacional, y muy en especial, a Cataluña y Galicia.... el PNV ratifica su entera adhesión a los esfuerzos de las democracias occidentales para la defensa de las libertades humanas conquistadas al cabo de tantos siglos de civilización y de luchas del espíritu y apoya las iniciativas en curso para la puesta en marcha, sobre principios de libertad y democracia, de una organización europea». Habrá que esforzarse en conseguir que sobre lo que falta y que falte lo que sobre, del derecho a la decisión, de la obligación inteligente en la negociación y del potente acuerdo de las partes, aquí y allí.