Autogobierno entendido como acuerdos sobre materias vitales para el futuro de las siguientes generaciones de vascos. Acuerdos que definen un modelo de convivencia y un marco de relaciones Euskadi-España basado en la garantía que se sostiene en la bilateralidad efectiva y la lealtad. Autogobierno en que el pacto y la no imposición serán el procedimiento por el que se constituirán las reglas de juego Euskadi-España. Acuerdos amplios que permitan el uso de las potencialidades de modificación de lo establecido, siempre que existieran mayorías para ello y desde el respeto a la voluntad de la sociedad vasca. Respeto que incluye la toma en consideración de los diferentes sentimientos identitarios, que los integra en un esquema de pacto, compromiso y de solución, y que deberá estar basada en un doble eje, a saber, amplio acuerdo sobre el mismo en Euskadi y aprobación posterior en las Cortes españolas. Pacto y acuerdo en el seno de la sociedad vasca, y con el Estado, porque no entendemos que el autogobierno pueda basarse en otro principio distinto al de la libre disposición sobre nuestro futuro colectivo. Consideración de la no-imposición como el procedimiento por el que se constituyen las reglas de juego de las sociedades avanzadas, modelo político de relación que acepte nuestra idiosincrasia e identidad, que permita que nuestra libre voluntad tenga mecanismos para ser respetada, que integrara sensibilidades, articulara la relación dentro de un Estado plural a través de la negociación y que evitara la tentación de la unilateralidad. Es el camino.
Un nuevo acuerdo, una nueva etapa, un mayor reconocimiento de Euskadi como nación política y un nuevo avance en el reconocimiento de la existencia del Pueblo Vasco en su derecho a ser y decidir. Un modelo político que nos, y les, obligara a pactar. Una fórmula de doble llave en la que el cofre sólo pudiera ser abierto de forma conjunta, porque uno entiende que sí existen mecanismos suficientes que interpretados con flexibilidad acogieran una fórmula de lealtad y colaboración mutuamente acordada por Euskadi-España. Es el modelo PNV, el de siempre, la gestión pragmática y útil del autogobierno.
Un autogobierno que determinara para las instituciones vascas el ámbito competencial necesario para desarrollar la identidad vasca en el mundo abierto que se va conformando en los ámbitos del bienestar social, economía, información, nuevas tecnologías, investigación, infraestructuras, sanidad, educación, lengua, cultura etc. Una apuesta inequívoca por el Concierto Económico y por las competencias en las materias económicas, medioambientales, de investigación y formativas necesarias para desarrollar un entorno competitivo y sostenible en un nuevo escenario. Una apuesta por una política fiscal solidaria, justa e inteligente, necesaria para mantener los ámbitos de solidaridad en un entorno amplio de competencia global. Un compromiso por una política de cooperación transfronteriza multisectorial en una Eurorregión vasca desde el Adour al Ebro y de las Encartaciones hasta Zuberoa, un sistema de transporte que una el tejido urbano Donostia-Vitoria-Bilbao-Pamplona-Baiona entre 30 y 45 minutos gracias a la Y vasca, la Euskal Hiria de Atxaga. En definitiva, gestión bien hecha, modelo PNV, identidad y gestión, autogobierno, capacidad de decisión, compromiso con el pacto, corresponsabilidad, participación en todos los niveles de decisión, apertura al exterior, Europa, humanismo, bienestar colectivo y sensibilidad social.
Euskadi, sobrevivirá al Gobierno PPSOE de López, revivirá oportunidades de la mano de un liderazgo político claro, volverá a apostar por introducir en su agenda hacer de la sociedad vasca un referente líder en bienestar, seriedad, creatividad e innovación, en desarrollar las universidades como polos de talento y tolerancia y en definir la educación integral de las personas como prioridad. Líder en hacer del conjunto de Euskadi un modelo urbano competitivo y en basar nuestro bienestar futuro y modelo social en una comunidad integrada con una identidad propia y definida que apuesta por todas las personas. Pero para hacer frente a este reto necesitamos incorporar nuestra identidad y forma de ser, aquello que nos caracteriza a los vascos a las realidades actuales. Supone implicarnos en construir una sociedad vasca lo más justa posible, innovadora, capaz de adelantarse a los cambios, basada en personas formadas conocedoras de la importancia del trabajo bien hecho, con sentido de la identidad de lo que nos es propio, con sentimiento de pertenencia a una comunidad, la vasca, que se implica en la solidaridad activa a todos los miembros de la misma y que comparte un proyecto moderno a largo plazo y que responde a las problemáticas actuales.
Una nación vasca, una Euskadi cohesionada y humana, cuyo proyecto compartamos gentes de diferentes sensibilidades, abierta al futuro y a la diferencia creativa, capaz de atraer personas de otros lugares que quieran desarrollar su talento y su creatividad entre nosotros. Es decir que se sientan atraídos por lo vasco. La pervivencia y el desarrollo de la Euskadi autogobernada y social supone ser capaces de que los valores que identifican los vascos sean atractivos para aquellos que quieran compartir su vida con nosotros. Es el objetivo del modelo PNV: seguir construyendo socialmente el bienestar colectivo y la Burujabetza del Zazpiak Bat. Euskadi soberana.