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Iraila 14 | 2008 |
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«En ETA ha habido mucha discusión, pero su decisión de seguir es unánime»

Balza cree que una consulta «no hará desaparecer» el terrorismo, aunque sí «minará su base social»
Javier Balza ha leído estas vacaciones 'Casa desolada', un clásico de Charles Dickens que le ha fascinado. Lo ha hecho sin perder de vista el teléfono móvil ni a sus dos hijos pequeños. El consejero de Interior (PNV), pese a este verano relativamente tranquilo, se muestra muy precavido, convencido de que ETA puede atentar en cualquier momento una vez que ha decidido continuar con la violencia «por unanimidad» pese a sus fuertes discusiones internas en el último proceso asambleario.
-El verano ha sido relativamente tranquilo, a pesar de que hay mucha inquietud por las intenciones de ETA. ¿Cuál es su diagnóstico?
-Achacamos esta situación relativamente más tranquila a la última desarticulación del 'comando Vizcaya'. Pero no creemos que haya ningún replanteamiento. En los próximos tiempos no va a haber novedades de alto el fuego.
-¿Descarta que, de cara a las elecciones autonómicas, pueda haber alguna nueva oferta de ETA?
-No tengo datos ahora para pensar eso. Ojalá, pero nunca se puede saber por dónde puede evolucionar este mundo. La afirmación de Arnaldo Otegi a favor de la negociación tras salir de Martutene fue un brindis al sol, una salida personal. Ya sabemos que Otegi apostó en numerosas ocasiones, en Lizarra y en el último proceso, por una real salida negociada, pero se ve que fracasó y que no tiene ninguna influencia ni peso específico en el mundo de ETA.
-¿Cree que se ha cerrado ya la puerta definitivamente a una futura salida negociada?
-No, aunque no creo que haya condiciones a corto plazo. Pero sí se ha demostrado que el PSOE estaba negociando con ETA cuando sus dirigentes estaban enfrente de la verja de Ajuria Enea con el lema de 'ETA culpable, lehendakari responsable', en los peores momentos de los atentados... Nadie sensatamente puede decir que no va a existir una línea de negociación. Si en un momento hay una creencia de que hay que explorar un nuevo camino, creo que por supuesto debe hacerse.
-Pues no parece que Zapatero esté por la labor...
-Depende; a la mañana dice unas cosas y a la noche, otras. Su palabra tiene poco valor cuando se le conoce.
-El ministro Rubalcaba ha hablado de serias disensiones internas en ETA tras la ruptura del alto el fuego. ¿Le constan?
-No directamente. Esas afirmaciones las hacía el ministro derivadas de informaciones relativas a presos. Ésta es una de las materias -la transferencia de las instituciones penitenciarias- que tenemos pendientes de este Estatuto que parece que ha nacido para no ser cumplido. Sí es cierto que la cuestión de los presos ha estado en el centro del debate y eso quiere decir que ETA también conoce la debilidad que tiene. A bastante número de presos se les cierra cualquier puerta de esperanza por los años que llevan o los que les quedan en la cárcel y es una cuestión muy peliaguda para la organización. Ellos, que siempre echan la culpa al PNV, tanto ahora como en Argel o en Lizarra, saben a la perfección que en el último proceso ni los interlocutores de ETA ni los de la izquierda abertzale llegaron a poner la cuestión de los presos encima de la mesa. Se habló de Navarra, de territorialidad, de un montón de cosas, pero los presos no estaban en la agenda.
-¿Por qué no lo pusieron encima de la mesa?
-Supongo que lo darían por descontado. Preferían cerrar las cuestiones más políticas y el tema de los presos era una cuestión técnica, lo cual demuestra poca preocupación por parte de ETA en relación a su propio mundo.
-De ese proceso asambleario se ha dicho que ETA ha decidido continuar.
-No conocemos los datos exactos, pero ¿qué sabemos del proceso asambleario? Que ha sido o ha intentado ser muy participativo, que hay un muy elevado número de aportaciones por escrito enviadas. Ha habido mucha discusión, pero hay una decisión de seguir con la acción violenta. La cuestión de los presos ha sido central en esta ocasión en una asamblea que ha sido conflictiva. Sabemos también que la parte política ha girado en contra de la consulta promovida por el tripartito. Que se pueda celebrar democráticamente una consulta supone un choque en ese mundo. No les gusta.
-Pues tampoco parece que vaya a servir como un mecanismo político para desactivar la violencia.
-Esto es todo mucho más matizado. Precisamente, esa preocupación en todo el proceso asambleario demuestra que la consulta es una de las vías por las que hay que actuar. Yo no creo que haya que excluir ninguna vía. Cuando tienes una organización terrorista con cincuenta años, con momentos bajos y recuperaciones, cuando nos consta que siguen teniendo cantera, creo que el debate sobre qué medios hay que utilizar contra ETA es absurdo y sólo se explica por los intereses partidarios, que ya aburren.
-El viejo dilema entre la vía policial y la política...
-Ya no es que se tenga que elegir entre la vía policial y la vía política. Es que hay que utilizar todas las vías: la policial, por supuesto, la judicial, la legal y la política. En cualquier zona del mundo donde existen estas cuestiones hay momentos en los que sólo podrá mantenerse un hilo y en los que habrá que intentar, a través de la política, generar condiciones de alto el fuego. Zapatero decía durante el proceso que la política puede hacer muchas cosas por la paz. Evidentemente porque se haga una consulta no van a desaparecer los comandos ni ETA, pero es una medida que mina completamente la justificación empleada socialmente por ETA de que en este país no se puede avanzar y que no existen vías democráticas y pacíficas para plantear cambios de rumbo. Una consulta sirve para deslegitimar socialmente al terrorismo, para minar sus bases sociales, que pienso que es uno de los objetivos de la lucha antiterrorista. Una consulta pactada entre las fuerzas democráticas, bien elaborada, que movilizara a la sociedad para participar democráticamente en la decisión de su futuro, es un escenario que cualquier organización terrorista aborrece.
-Antes hablaba sobre los presos. ¿Cree que una parte de los reclusos quiere ya el fin de la violencia?
-Sin duda. No tengo un documento ni nada que enseñar. Pero no albergo ninguna duda de que los presos de ETA tienen los sentimientos de personas en la cárcel y que en diez, doce o quince años la gente se plantea su pasado y su futuro y muchos se dan cuenta del error en el que han convertido sus vidas y las de sus familiares. No me cabe duda de que hay gente inteligente y no se puede, siendo gente inteligente, defender en 2008 en el corazón de Europa, que haya un movimiento revolucionario terrorista.
-¿El papel de 'Thierry' era tan importante en el proceso de paz?
-Fue importante en todo el proceso.
-¿Y en su ruptura?
-Eso es mucho decir. Yo, en general, pienso que es posible que la gestión de la asamblea ha sido un campo de mayores discrepancias. Pero creo que la decisión de seguir fue asumida por unanimidad. Es posible que 'Thierry' apoyara una cosa y otro, otra. Yo no me creo que haya un enfrentamiento, por ejemplo, entre 'Ternera' y 'Txeroki'. Por ahora las decisiones han sido unánimes después de un debate.
-Pero las críticas internas de 'Txelis' y 'Pakito' tienen apoyos.
-Sí, la evolución tiene que llevar a respaldar estos planteamientos.
-La historia dice que los duros siempre acaban ganando la partida.
-Sí, pero creo que esto no funciona como en un Parlamento. El discrepante no llega a la condición de discrepante sino de opinante y la decisión es cerrada. No hay fisuras. Se habla mucho también del tópico de que los jóvenes son los duros, pero creo que los viejos siguen pintando mucho en ese mundo.
-¿Contempla un atentado de impacto?
-Estamos en la clave que nos ha dicho ETA que hay que trabajar. ETA tiene abiertos todos los frentes y no podemos, porque llevemos mes y medio respirando, olvidarnos de eso.
-¿Incluso puede repetir asesinatos como el de Isaías Carrasco?
-Sí, sí, estamos alerta. Y eso se nota tanto en los propios planes de seguridad del Departamento de Interior para la Ertzaintza como en nuestra relación con los partidos y los colectivos de riesgo.
La eficacia y el veto
-También se censura a la Ertzaintza por no detener comandos.
-Es evidente que la eficacia policial está mermada porque a la Ertzaintza no se le permite trabajar en Francia, que es un lugar en el que arrancan la mayoría de las operaciones antiterroristas. Queda claro el veto político del Gobierno central a nuestra implicación en Schengen.
-Interior autorizó el acto de homenaje a Otegi, pero ha prohibido la marcha por los presos de hoy en San Sebastián. ¿Por qué se han usado baremos tan diferentes?
-Se han utilizado baremos diferentes porque eran actos diferentes. En el de Otegi había que procurar y prevenir que no hubiera ningún delito de exaltación del terrorismo y no había riesgo de alteración del orden público. La resolución que dicta el Departamento de Interior acota eso precisamente. El juez va a tener toda la información de lo que pasó allí y decidirá, como se hace en una democracia. El PP dice que habría que prohibir todos los actos, en una especie de estado de excepción contra los mínimos derechos de reunión y manifestación. Pero el acto de hoy es un acto en el que en principio no tiene por qué haber ninguna exaltación del terrorismo pero en el que estadísticamente conocemos que muchos años, y en los dos últimos ha sido así, se producen graves alteraciones de orden público. La ciudadanía de San Sebastián tiene derecho a vivir el día de sus regatas como un día de fiesta y paz y no mirando a ver por dónde le cae el cóctel.
-Etxerat, que apoyaba el acto de hoy, quería reunirse con usted.
-No hizo una petición, me cogió la agenda y dijo: 'Tal día reunión'. Las reuniones con los ciudadanos las respeto mucho. No porque sean de Etxerat no nos vamos a reunir.
-¿Está dispuesto a entrevistarse con ellos entonces?
-No para tratar de una manifestación en la que llevan varios años atacando a la Ertzaintza. Seamos serios. ¿De otras cosas? Si es una asociación legal, nadie puede cerrarle la puerta.

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