El último sondeo del CIS certifica el desgaste del Gobierno socialista y el empate técnico entre socialistas y populares. A nadie se le escape que este desgaste tiene que ver, en gran parte, por el estado general de crispación generado por las derechas españolas, aportadas en ciertos poderes económicas, en sectores de la jerarquía católica (desde determinados prelados a la COPE).
Hace una semanas, un analista político señalaba en un medio de comunicación que la Iglesia católica estaba maniobrando para propiciar un cambio de Gobierno (en lo que supone una vulneración clara del mandato evangélico). Es cierto que, desde hace años, muchos tenemos la sensación de que algunos prelados (encabezados por el cardenal Rouco) son poco más que militantes del ala más extremistas del PP. En este sentido, las declaraciones de monseñor García Gasco, arzobispo de Valencia, no dejan lugar a dudas. Según este clérigo, la situación actual "es fruto de una política débil, de corto alcance, sometida por las pretensiones de unas minorías de nacionalismo-separatista que practican el revanchismo antirreligioso". Más adelante, describe que "sólo las anteojeras del dogmatismo marxista y del estatalismo de todo signo pueden explicar tanto rechazo a la libertad social de las personas".
Es cierto que no todos los obispos son la misma cosa, y cada vez son más quienes han tomado el camino de la prudencia. Así el obispo de Sigüenza-Guadalajara, reclama la vuelta al papel (ejemplar, por otro lado) que jugó la Iglesia católica en la Transición.
La COPE sigue siendo una máquina de manipular e insultar. El pasado 21 de noviembre de 2005, Luis Herrero, antiguo periodista, europarlamentario del PP y socio supernumerario del Opus Dei, llamó "miserable" a Cándido Conde-Pumpido por no haber intervenido "de oficio" contra un juez que escribió un artículo (de mal gusto, eso sí) contra Jiménez Losantos, un antiguo docente marxista metido a periodista de extrema-derecha. Recordó Herrero su aprecio a la carrera fiscal. Se refería, claro, al hecho de que su padre fuese también fiscal. El fiscal, Fernando Herrero Tejedor, fue uno de los creados del tenebroso Tribunal de Orden Público, llegando a ministro-secretario general del Movimiento (el partido único franquista). Y, para que nada faltase en este día, Jiménez Losantos volvió a repetir aquello de que el atentado del 11 de marzo de 2004 fue organizado (por la "banda de interior") para que propiciase el cambio de Gobierno.
Una de las cuestiones que más está enfureciendo a la extrema-derecha es la OPA de Gas-Natural sobre Endesa (por cierto, una empresa pública privatizada). Más que una operación económica es un contubernio de nacionalistas y marxistas contra la unidad de su patria. En el mismo saco están la OPA, el 11 M, la reunión de Carod con ETA en Perpignán,... Claro que no se acuerdan cuando, por ejemplo, cuando era Iberdrola el objetivo. Y, desde luego, no dicen la verdad. Las razones son, entre otras, que el PP perdería algunas trincheras ganadas durante el aznarato (Endesa, Telefónica, BBVA,...), y, al mismo tiempo, su comunidad tótem, la de Madrid, podría ver cómo millones de euros de impuestos varios viajan a Barcelona. Y, al final, "la pela es la pela".
No se sabe durante cuánto tiempo podrán las derechas mantener esa estrategia de la tensión. Desde luego, se intensificará a medida que nos acerquemos a las elecciones municipales, forales y autonómicas (las de las autonomías del artículo 143). Es cierto que lo que, sin duda, proporcionará réditos en otros lugares, aquí puede colocar a las derechas en la peor situación de su historia, situación que empeoraría aún más si se llegase a un escenario de paz, ya que "acorralaría" al PP contra las cuerdas de la extrema-derecha. La reacción de Aznar y los suyos tras el 11 M al conocerse que ETA no era la responsable de aquella atrocidad, demostró lo importante que es para el PP esa organización.
Pasado el primer efecto, supere alguna de las pruebas a las que se ha sometido, las encuestas de CIS tendrán otro contenido.