Iritzia
23Urria
2005
23 |
Iritzia

Enfoque de Euskadi

Iritzia
Urria 23 | 2005 |
Iritzia

Para algunos Euskadi es única y básicamente la actualización y el reconocimiento actual constitucional de los derechos históricos del pueblo vasco. Para otros Euskadi es realidad solamente como consecuencia directa cuasi otorgada de cambios de forma y de regímenes políticos en España, bien de la mano del primer estatuto en la segunda república, bien con un segundo intento con la llegada de la democracia a España después de finiquitados cuarenta años de régimen autoritario.
Para quien esto subscribe Euskadi es la suma de todo lo anterior. Y más, algo más. Y precisamente ese algo más encarna mejor esa idea de Euskadi. Euskadi es sobre todo proyecto nacional y social de los vascos de las siete provincias vascas, divididas en dos estados y tres administraciones. Euskadi es realidad y proyecto basado en la voluntad de la ciudadanía vasca. Suma del pasado, de su reconocimiento actual, del régimen democrático que posibilita su visualización política y de la decisión del pueblo vasco de querer seguir siéndolo. Un seguir siéndolo adecuándose a las características históricas, socio-políticas e internacionales del 2005. Proyección ciudadana al futuro, sin amnesias del arrebatado régimen foral, conscientes de dónde venimos, dónde estamos y adónde y cómo vamos. Lo fundamental de Euskadi no es sólo la identidad histórica de los vascos, aunque también, sino la voluntad hoy de querer afrontar con éxito la solución de los problemas que atañen a vascos y vascas. Euskadi es nación, reto para crear condiciones congruentes con la paz, el progreso compartido y la capacidad de ser, decidir y acordar.

Soy de los que cree que la construcción de Euskadi no es un problema de interés exclusivo vasco, lo transciende y lo supera. Es una cuestión del mayor interés para otras naciones y pueblos, también, de España. E incluso para la libertad y la dignidad esenciales a toda democracia. Lo vasco, la cuestión vasca es mucho más profundo y trascendente de lo que los mismos vascos acertamos a expresar frecuentemente. Euskadi como capacidad de proyecto en relación amable con una España que reniegue de lo chato y de lo atemorizado en cuanto a reconocer su ser plurinacional. Contra los que creen que a nosotros, vascos y vascas, no nos compete proyectar nuestro propio futuro socio-político se puede aducir que la política es un fenómeno evolutivo cuyo porvenir no está implícito en el pasado ni incluso en el presente, ni se deduce necesariamente de él. Ahí están fenómenos cambiantes y periclitados como la guerra fría, los dos bloques, el comunismo, el fascismo, etc. Ahí las nuevas potencias asiáticas emergentes, la globalización, la revolución tecnológica, los diferentes mapas políticos de Europa en el transcurso de los siglos, la propia UE...

La política y su desarrollo es un fenómeno que contempla un campo abierto a la imaginación creadora de los hombres, evoluciona, crea, periclita y varía. Euskadi, en ese sentido, se entiende como nación que sabe anticiparse en el cuadro de ideas y valores que configurarán etapas históricas venideras. Euskadi como voluntad de utilizar el autogobierno como proyecto colectivo. Euskadi, vascos y vascas, debemos concretar, y explicitar razones y proyectos de una manera esforzada, atraer hacia nuestra causa a sectores progresistas de todos los demás pueblos, superar coyunturas nacionales e internacionales no favorables, analizar posibilidades de actuar inteligentemente respecto a las variables más significativas que las peculiarizan.

Existen deseos de cambiar las cosas a mejor, de dibujar un mundo mejor, y en la medida en que vascos y vascas acertemos a sintonizar con esa expectativa nos encontraremos arropados por otras gentes de otros lugares. Euskadi, esperanza que no podemos desvirtuar ni condenar al fracaso. Proyecto y ejecución. Idea a plasmar por la sociedad vasca. Proyecto con el que los vascos aspiramos a ser lo que deseamos y que por ahora no lo hemos conseguido. Euskadi no solamente empresa, sino ensayo, autoexigencia moral e imaginación creadora, lugar de contradicciones y de discrepancias, apuesta abierta de interrelación e interdependencia. Euskadi vía vasca al futuro que alumbra y se hace realidad, causa por la merece la pena luchar y en la que afortunadamente existen razonables expectativas de ganar el devenir, porque disponemos de la capacidad creadora necesaria para acometer un gran proyecto nacional y social, justo y solidario. Empresa difícil, que exige energía e innovación creadora. Y fe en nosotros. En la inteligencia de que fe no es que creamos lo que no hemos visto, sino hacer realidad lo que creemos y por lo que apostamos. Estaremos, seremos, decidiremos y acordaremos, no solamente porque acertemos en dar con las soluciones, sino porque nos anticiparemos a dársela al futuro. Porque el verdadero objetivo, el auténtico fin es la persona, el hombre y la mujer, el joven o el mayor.

Las naciones, los estados, los organismos locales, nacionales o internacionales, la legislación, los proyectos políticos, la administración, en definitiva lo que se entiende por política sólo se justifican en la medida en que son capaces de servir a la dignidad y a la libertad esenciales a cada ciudadano y ciudadana. Precisamente por ello ETA y su violencia es un timbre de profunda alarma que nos convoca a resolver uno de los más graves problemas que padecemos en cualquiera de sus manifestaciones. Y por ello, tiene ninguna cabida, la vulneración de ningún derecho humano, nunca y en ninguna circunstancia de nadie. La razón es y debe de ser la única fuerza a esgrimir. Y la fuerza, si se tiene que inevitablemente dar, que sea de razón.

Veremos, lo sé, el día en que la sociedad vasca decidirá su futuro y se reconocerá a Euskadi con características propias en la UE. Sé, que seremos dueños de nuestro futuro en fraternidad con otros. Acertaremos el cómo y daremos entre todos con el camino. No se trata de separar, de imponer, ni de desmembrar nada, sino de articular realidades, sentimientos e intereses del modo más racional, compenetrado, solidario y firme posible. Tiempos de ser y de pactos, de decidir como vascos y conveniar, de interdependencias y cosoberanías, de libertad para afirmarse en positivo, de poder negociar y de capacidad de acordar, de encajes voluntarios, de firmes principios y de disposición al compromiso y al acuerdo político amplio e integrador. En definitiva, un enfoque de Euskadi, de construcción de nación vasca, en el que sí creo, ilusiono y laboro, y en mi muy modesta medida me convoco diariamente frente a la imposición, el fanatismo, el fatalismo y el inmovilismo. Como lo hicieron antes nuestros mayores en épocas de plomo, oscuridad y rancia sacristía. Ejemplo de honestidad que más tarde nos fue legado cual testigo y compromiso inoxidable con la democracia y para con Euskadi.

Hoy somos más nación que hace un siglo, hoy sí es más cierto eso de «izenak izana dakar», la sociedad vasca es más consciente, así lo siente y escribe en las urnas, que Euskadi es una nación , que el pueblo vasco es sujeto de derecho para decidir su futuro usando, eso sí, la palabra como única herramienta válida para explicar y convencer. Se trata pues, de seguir construyendo entre los más posibles sociedad vasca, nación vasca, es decir, Euskadi. Y no me olvido, y le deseo lo mejor, al nuevo Estatut de Catalunya. Su buena suerte, tramitación y aceptación, sus referencia y precedentes de aspirar a más autogobierno no nos serán ajenas, y por ello compartimos un sentido ojalá!. Galeusca y lo que significa de esperanza y nuevos aires estarían de enhorabuena. «Me gustaría inventar un país contigo, para que las palabras como patria o porvenir, bandera, nación, frontera, raza o destino, tuvieran algún sentido para mí». La Oreja de Van Gogh

PARTEKATU