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2005
01 |
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Una de las dos españas ha de helarte el corazón

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Otsaila 01 | 2005 |
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Koldo Sansebastian

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Deia


Una semana de enfrentamientos entre el PP y el PSOE tras los incidentes de Madrid, y la polémica sube de tono cada día. La presidenta del PP de Madrid llegó a comparar la retención de dos militantes de este partido con los prolegómenos del Holocausto nazi. Resulta curioso comprobar la coincidencia de terminología entre el PP y Batasuna a la hora de manifestarse sobre estos incidentes. Y hay más: si uno escucha con atención los comentarios de periodistas, tertulianos y oyentes de la cadena de emisoras que Monseñor Rouco ha puesto a disposición exclusiva del ala más extremista del PP (sumados a la carta-consigna ‘‘privada’’ de los dirigentes del PP madrileño) uno se da cuenta de lo que está ocurriendo no tiene nada que ver con las víctimas. Ni el PP ni la AVT habían dicho ni una palabra sobre la puesta en libertad de Enrique Rodríguez Galindo.

Pero centrémonos en la cuestión. Visto lo visto, uno piensa que si no hubiese PNV ni Plan Ibarretxe estaríamos, como poco, a las puertas de una guerra civil. ¡Qué cosas se han escuchado estos días! La última bomba de ETA en Neguri tenía un doble significado. Por un lado, esta organización, finalmente, se inclinaba por los tres parlamentarios que votaron con los constitucionalistas. Con ETA actuando, no hay consulta posible. Por otro lado, el PP y la extrema derecha (entre cuyos miembros hay algunos que se reclaman socialistas) se prodigan en insultos y agresiones verbales al PNV y sus dirigentes. Todos pudimos ver a Gotzone Mora increpando a Iñigo Urkullu en el mismo día del atentado. Al día siguiente, un grupo de exaltados capitaneados por la señora Mora y el escritor Iñaqui Ezquerra llamaban ‘‘asesinos’’ al alcalde de Getxo y a los miembros del PNV, y se produjo algún amago de agresión (todo ellos ante las cámaras).

El día 13, Rosa Díez publicaba el ‘‘El País’’ un artículo titulado ‘‘La hora de la verdad’’ muy en su línea: mucho olvido, mucho insulto y poco argumento. Hablaba de las ‘‘traiciones’’ del PNV la compañera de Damborenea, San Cristóbal, Elgorriaga, Barrionuevo, Vera, de los negociadores de Argel,.. Y, entre ellas, ‘‘la de Santoña’’. Se olvidaba, claro, de la fuga de González Peña, de la deserción del Estado Mayor de Asturias, de los incidentes del Musel, del golpe de estado de Casado y Besteiro,...

Por otro lado, el 14 de marzo la ciudadanía se equivocaba gravemente echando al PP del Gobierno, convirtiendo a su guía, José María Aznar, en el héroe de Perejil, en una especie de apestado. ¿Responsables de la equivocación? ETA por no haber puesto las bombas en Madrid el 11 de marzo. Rubalcaba y el PSOE que había fomentado las concentraciones ante las sedes del PP la víspera electoral. La Cadena Ser por informar. Los máximos mandatarios de Francia y Alemania que no estaban de acuerdo con la política de Estados Unidos y, sobre todo, por no darse cuenta de quién el verdadero líder de la nueva Europa. Se volvía a la tesis del contubernio (esta vez, islámico-masónico-rojo-separatista), a la ‘‘izquierda chekista’’ (según Jiménez Losantos). El PSOE, en definitiva, estaba gobernando por equivocación.

También se puso en marcha una ‘‘comisión de investigación’’ en que, sobre todo, el PP intentaba demostrar cuestiones como la relación de ETA con los atentados del 11-M que, de ser cierta, corroboraría el error de la ciudadanía y, además, confirmaría a José María Aznar como un líder mundial en la lucha contra el terrorismo. Y como no fue así, se elimina al mensajero (en este caso a la policía y a la Guardia Civil , ¡increíble!). Y, por su fuera poco, el último día apareció Pilar Manjón, una mujer cuyo testimonio nos estremeció a todos. Bueno, a todos, no. Al día siguiente, Jiménez Losantos y sus tertulianos ya calificaban a este mujer como una comunista a la que le habían escrito el discurso en Moncloa. Incluso alguno de los presentes se atrevió a dar el nombre de Nicolás Sartorius como uno de los posibles redactores del documento. Lo cierto es que si a la pobre Pilar Manjón la ‘‘enganchan’’ en la la manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, la linchan.

El PP tiene claro que va a utilizar a las víctimas de ETA contra el PNV, contra el Gobierno vasco, contra Zapatero,... El guirigay de la Corte hizo que pasasen desapercibidas unas palabras de Mayor Oreja en el homenaje a Gregorio Ordóñez: «A Goyo lo mató un plan». Conclusión: A el concejal del PP, lo mató el Plan Ibarretxe.

Antes de conocerse el texto de la convocatoria, ya sabíamos a través de diferentes declaraciones. Desde la de Álvarez del Manzano hasta algunos oyentes de la COPE (¡de nuevo la COPE!) que la gente había ido a manifestarse contra el Gobierno ‘‘ateo’’ que ha mancillado el honor del Ejército español retirando las tropas, que legaliza las ‘‘bodas de maricones’’,... La carta del dirigente del PP de Madrid (‘‘privada’’ según Esperanza Aguirre) confirma todo lo anterior.

Y, en medio de todo esto, van Bono y Rosa Díez y deciden darse un baño de multitudes acompañados de una cámara de televisión, y los fachas se les echaron encima. Y luego llegaron las ‘‘condenitas’’ del PP: también a nosotros nos insultaron, que si la guerra que si el ‘‘Prestige’’, que si la Ser, que si las concentraciones ante las sedes el 13-M, que por qué no estaba Pilar Manjón, ni Peces Barba,... Al final, las víctimas eran lo de menos. Aunque uno piense que el PP debería convocar una huelga general, acompañada de manifestación contra el Gobierno ‘‘a la chilena’’. Porque, ¡hombre!, el discurso de Esperanza Aguirre en plan ‘‘mesa nacional’’ no ‘‘casa’’. Mientras tanto, a todos, nos guarde Dios.

 

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