Iñaki Gabilondo ofrecía a Ibarretxe la posibilidad de que el PNV retirase tres votos para evitar que su plan no saliese con el apoyo de Batasuna. No decía, claro, que, pese a todo, los tres parlamentarios de este grupo habría votado al Plan Ibarretxe. O que el rechazo del PP y del PSOE también recibió tres votos de Batasuna. Pero hay más: si de verdad, de verdad (lo que dudo) el PP y el PSOE quieren evitar la ‘‘contaminación’’ de los votos de Batasuna, basta con llegar a un acuerdo muy sencillo: ni unos ni otros contabilizarán los votos de los parlamentarios de Sozialista Abertzaleak. ¿Por qué no lo hacen? Simplemente, porque entonces el tripartito tendría la mayoría absoluta (36-32). Así que, para evitarlo, PP y PSOE no dudan en utilizar los votos de Batasuna. Entre enero de 2000 y diciembre de 2004, por cada vez que el PNV-EA ha votado con Batasuna, el PP y el PSOE lo han hecho tres veces. ¿Denunciará esto Iturgaiz en el Parlamento Europeo?
Javier Pradera, en la misma línea que José Ramón Recalde, se empeña estos días en especular sobre el respaldo que la ciudadanía vasca da a propuestas y leyes. Eso sí: sólo lo hace en los casos que considera más beneficiosos para sus intereses. Él y Rodríguez Ibarra, y tantos otros, se olvidan de
El PNV ha sido a lo largo de la transición un partido ‘‘pactista a tope’’ (como tantas veces ha repetido Arzalluz). En 1979 pactó en Euskadi un Estatuto cuyo texto fue recortado nada más llegar a Madrid. Aún así, lo aprobó y lo asumió como propio. La derecha y el PSOE han dedicado los últimos veinticinco años a bloquearlo y desgastarlo. En 1981 aprobaron
Ha sido moneda de cambio, de discrepancia permanente, de matiz insufrible, cuando no la mejor forma de insultar: «la gestión del régimen económico de la seguridad social» -sic- (artículo 18.2 b) es la interpretación sesgada del nacionalismo insaciable. Veinticinco años más tarde, el pacto (y
Ejemplo de consenso es el llamado ‘‘pacto antiterrorista’’ firmado entre el PP y el PSOE. A los demás, sólo les quedaba adherirse o, de lo contrario, pues, eso: era un filoterrorista con las manos manchadas de sangre. ¿Qué es consensuar para esta gente?: o hacéis lo que digo u os mando a
La forma de consensuar y de pactar del PP y del PSOE ha sido, desde siempre, el de las horcas claudinas, el de la capitulación constitucional. Y es que, dicen, gracias a esta Constitución, hay autonomía. ¡Claro! Y con otra Constitución, ¿no la habría? En 1878 se produjo un serio incidente en Hernani cuando los mozos del pueblo se liaron a mamporros con los solados de la ocupación constitucional cuando estos últimos comenzaron a molestar a las mozas que no querían bailar con ellos. Y así seguimos.