- Nuestra más enérgica condena ante esta ilegal y violenta irrupción en la sede de la soberanía popular, saldada con graves lesiones a algunos de sus representantes y trabajadores. Esta agresión resulta especialmente grave porque constituye la expresión de un enorme desprecio a la democracia, ya que está dirigida contra los representantes de la voluntad popular. Es un ataque, en definitiva, contra la propia ciudadanía venezolana, representada en su Asamblea Nacional.
- Nuestra preocupación por la cada vez más notoria incapacidad del Gobierno de Venezuela para prevenir y desactivar los sucesivos brotes de violencia protagonizados por gentes afectas al régimen, y por la actitud autoritaria y represiva con que el Ejecutivo del presidente Maduro se emplea contra la sociedad civil venezolana. Esta deriva alimenta una revuelta que arroja ya un balance trágico de 90 víctimas mortales en menos de 100 días ininterrumpidos de protestas.
- Nuestro rechazo a las elecciones, pretendidamente constituyentes, del próximo 30 de julio porque tratan de suplantar el mandato democrático, otorgado a la actual Asamblea Nacional por el Pueblo Venezolano, en un intento desesperado de Maduro por mantenerse en el poder a costa de aniquilar un sistema de libertades ya gravemente deteriorado.
- Nuestro desasosiego por el presente y futuro de una población que sufre la carencia de alimentos y medicinas básicos, lo que provoca, entre otros males, malnutrición infantil y muertes prematuras en un contexto de abandono de las responsabilidades gubernamentales para detener una crisis humanitaria de magnitudes crecientes y alarmantes.
EAJ-PNV expresa su grave preocupación ante la agudización de la polarización en la sociedad venezolana, con el consiguiente peligro de la confrontación civil que amenaza con desgarrar definitivamente el tejido social del país. EAJ-PNV apela a la comunidad internacional, en general, y a la latinoamericana, en particular, a que se comprometa a impulsar, con los representantes legítimos del País, un acuerdo de unidad nacional en Venezuela, restaurando la democracia y evitando una innecesaria escalada de tensiones de consecuencias incalculables pero, a buen seguro, trágicas.