En el 75 aniversario de la creación del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo (CFEME), el presidente del EBB ha animado al ministro Albares a seguir trabajando por “la oficialidad de euskera, catalán y gallego” en las instituciones europeas y ha recordado que, en aplicación de la Ley de Memoria Democrática, EAJ-PNV aspira a la restitución del edificio de la Avenue Marceau en el que se ha celebrado el acto, hoy sede del Instituto Cervantes
Pese a las numerosas amenazas internas y a los no escasos problemas internos, “Europa sigue siendo un proyecto de éxito que merece la pena y el mejor sitio del mundo para vivir, donde hay una mayor libertad, una mayor democracia, un mayor respeto a los Derechos Humanos, más equidad y más justicia social. Hay un eslogan de Europa que es muy bonito para nosotros, los pueblos pequeños, que es ‘Unidos en la diversidad’: ‘Unidos’ porque somos partidarios de la Unión Europea pero también desde ‘la diversidad’ y desde el reconocimiento de realidades no solo estatales sino nacionales, como la vasca, la catalana, la flamenca o la escocesa, que también podemos construir y aportar mucho a Europa”. Estas palabras sintetizan el espíritu de la intervención que el presidente del Euzkadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, ha tenido este mediodía en París en el transcurso del acto que ha conmemorado el 75 aniversario de la creación del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo (CFEME), en cuyo origen estuvo la formación jeltzale. El encuentro se ha celebrado en el edificio de la Avenue Marceau de París cuya restitución reivindica EAJ-PNV desde hace años, que hoy alberga al Instituto Cervantes y que hace 75 años alumbró el nacimiento del CFEME. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares y el presidente del Movimiento Europeo, Francisco Aldecoa, se encontraban entre los participantes. La secretaria del Euzkadi Buru Batzar, Mireia Zarate; la presidenta de EuroBasque y parlamentaria vasca, Irune Zuluaga; y la alcaldesa de Getxo, Amaia Agirre, han completado la delegación jeltzale.
Ortuzar ha iniciado su intervención dando la bienvenida, en euskera, a todas y a todos los asistentes. “Egun on eta ongi etorriak gure etxera. Ongi etorriak gure etxea den egoitza honetara”, ha afirmado ya que fueron militantes del PNV quienes adquirieron este edifico de la Avenue Marceau en el que el Gobierno Vasco en el exilio se alojaría durante y tras la Guerra Civil. A renglón seguido, y siempre en tono distendido, Ortuzar ha garantizado al ministro Albares que no iba a ser “reivindicativo” en su alocución, pero sí ha querido expresar su confianza en que “en aplicación de la nueva Ley de Memoria Democrática sepamos buscar una solución reparadora y justa en esta cuestión”. Asimismo, el líder abertzale ha aprovechado la presencia de Albares para animarle a proseguir “en esa labor tan importante que ya ha asumido el Gobierno español para el reconocimiento del catalán, del gallego y del euskera como lenguas de la Unión Europea y como lenguas de trabajo” en las instituciones europeas.
Ortuzar ha asegurado que, pese a las dificultades, la de Europa es “una historia de éxito. Si el Lehendakari Agirre, Indalecio Prieto, Javier Landaburu, Pi i Sunyer o Salvador de Madariaga pudieran mirarnos por un agujerito ahora, seguramente con la perspectiva de estos 75 años, dirían: ‘Ni en los mejores sueños pensábamos que íbamos a estar donde estamos ahora”. El presidente del EBB, eso sí, ha reconocido que el proyecto de la Unión vive un momento “de riesgo”. “Tenemos dos guerras inhumanas, una muy cerquita y la otra muy presente; tenemos distintas potencias a las que Europa molesta y que quieren relegar a Europa a un segundo plano; la ‘realpolitik’ mundial es distinta de la de hace 50 o 60 años; y tenemos problemas internos, como fuegos populistas de derechas y de izquierdas, el reto de la inmigración y de la consideración de Europa como una fortaleza o como una Europa de puertas abiertas, o una falta de ambición en nuestros liderazgos”, ha relatado. Pero su mensaje ha sido positivo. “Europa sigue siendo un proyecto de éxito y que merece la pena. Y ese es el espíritu con el que yo hoy quiero hablarles aquí: sigamos impulsando más y mejor Europa, porque Europa sigue siendo el mejor sitio del mundo para vivir, donde hay una mayor libertad, donde hay una mayor democracia, donde hay un mayor respeto a los Derechos Humanos, el sitio donde hay más equidad y más justicia social. Y tenemos que conseguir que esto siga siendo así y, además, que lo podamos ir abriendo al resto del mundo, quizás con menos soberbia colonial de la que tuvimos en el pasado y de una manera mucho más cooperativa, que es la clave del futuro”.
Ortuzar ha cerrado así su intervención: “Para mí es particularmente emotivo y simbólico ver aquí a una Agirre y a un Landaburu, como hace 75 años, y es una bonita metáfora también, y con esto termino. Aquí estuvieron el Lehendakari Agirre y aquí estuvo Francisco Javier de Landaburu. Los dos murieron sin ver por todo lo que habían trabajado, pero hoy están aquí Amaia Agirre, nieta del Lehendakari Agirre, siguiendo sus pasos como alcaldesa de Getxo; y está aquí Eneko Landaburu, que lo ha sido todo y lo sigue siendo todo en el europeísmo y es hijo de, probablemente, el primer visionario europeísta que tuvo Euskadi, Javier de Landaburu. Afortunadamente, en Euskadi somos muchísimas y muchísimos los seguidores de esa máxima de que ‘cuanto más Europa, mejor para todos’”.