Ahora bien, el resultado de las elecciones Presidenciales de ayer también arroja conclusiones que deben llevarnos a la reflexión y a la preocupación. No en vano, los comicios de ayer también registraron un auge del populismo de extrema derecha y una alta abstención, dos desafíos que Francia, sus instituciones democráticas y sus dirigentes deben abordar de manera prioritaria e inminente, sin ir más lejos con ocasión de las próximas elecciones legislativas en el mes de junio. Estos retos no son ajenos al resto de Europa y requieren, por tanto, de un trabajo estrecho y de una colaboración eficiente entre los partidos políticos. En este contexto, EAJ-PNV, en consonancia con su trayectoria europea y centenaria, arrimará el hombro y asumirá la responsabilidad que le corresponde para hacer frente a los citados cometidos.
Desde un punto de vista estrictamente vasco, saludamos los resultados registrados en Ipar Euskadi porque ejemplifican el compromiso democrático de nuestro País. No obstante, el resultado cosechado ni puede ni debe ser utilizado por el Presidente electo como coartada para hacer oídos sordos de la ola de crítica e insatisfacción tan extendida entre la sociedad civil vasca, que exige una respuesta rápida en términos de democracia y de justicia social. A lo largo de los próximos cinco años, EAJ-PNV se mantendrá muy vigilante para volver a denunciar y a ejercer de contrapeso ante toda amenaza centralizadora (por ejemplo, la anulación el año pasado de tres artículos clave de la ‘ley Molac’) que pudiera sustanciarse durante el segundo mandato de Macron, de un modo especial ante todas aquellas medidas que pudieran implicar cuestionamiento, abandono o retroceso en cualquier aspecto conectado con la cultura vasca, en general, y con el euskera, muy en particular.